Una nueva investigación encontró que varias enfermedades relacionadas con la osteoporosis, como la diabetes tipo 2, incrementarían hasta en un 40 por ciento el riesgo de sufrir una fractura de cadera.
El estudio realizado por el Grupo de Osteoporosis de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), indica que la diabetes es la causante de la disminución de la calidad y cantidad del hueso, aspecto que provoca el incremento del riesgo de caídas.
Expertos de la SEMI señalan que en España se producen 170 mil fracturas de cadera osteoporóticas al año.
La fractura de cadera es la complicación más grave asociada a la osteoporosis, suponiendo una incidencia de 4 casos por cada mil habitantes, lo que eleva a alrededor de 170 mil el número de fracturas de este típico entre los pacientes osteoporóticos en España.
Al respecto, José Luis Pérez Castrillón, coordinador del Grupo de Osteoporosis de la citada asociación, menciona en el comunicado que la fractura de cadera es patológica, es decir, el traumatismo se produce porque el paciente en cuestión padece osteoporosis. Hemos observado que intervienen dos factores muy importantes, la caída y una menor cantidad y calidad del hueso, por lo que es necesario intervenir sobre ambas cuestiones, desarrollar las medidas para evitar la aparición de fracturas y añadir soluciones terapéuticas para incrementar la masa ósea”.
El experto destacó que las personas afectadas por lo general son personas por arriba de los 80 años de edad y que además han desarrollado otras enfermedades relacionadas con la osteoporosis.
Este tema fue abordado durante la XIV Reunión de Osteoporosis que la SEMI realizada en Madrid, en donde los expertos han tratado las principales novedades en torno a la osteoporosis, además de su relación con otras enfermedades de relevancia en la práctica clínica del internista o la importancia del diagnóstico en estos casos.
Clínicamente, la osteoporosis es asintomática hasta que aparecen sus principales complicaciones, las fracturas. Por ello, en su fase inicial es importante identificar factores de riesgo que permitan indicar una densitometría y proceder al diagnóstico y tratamiento correspondientes. Además es importante valorar la relación de esta enfermedad con otras patologías como hipertensión, diabetes, EPOC, cardiopatía isquémica o enfermedad tiroidea, entre otras.