Con 75 años de historia, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) representa la institución sanitaria más importante de nuestro país debido a que le brinda atención a casi 80 millones de derechohabientes, lo que representa que alrededor de 6 de cada 10 mexicanos se atienden en el instituto.
A su vez, dentro de las principales críticas que se le hacen al IMSS es la deficiencia en su servicio, la cual está ligada al tiempo de espera que suele ser demasiado extenso en sus unidades de salud, lo que inclusive se considera que propicia que muchos pacientes prefieran acudir al sector privado o con los consultorios de bajo costo anexos a farmacias.
Respecto a los tiempos de espera, todo se origina a partir de la saturación de trabajo que tienen los galenos del IMSS y para tener una idea de la situación, se estima que a cada médico general le corresponden 3 mil 600 derechohabientes, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que máximo deberían corresponder 2 mil 400 a cada médico.
Síndrome de Burnout a la vista
De esta manera, es claro que los médicos no cuentan con las herramientas para atender a todos, lo que deriva en diversos problemas que van desde consultas médicas exprés para buscar atender la mayor cantidad de pacientes hasta filas enormes en las salas de espera debido a la poca cantidad de médicos.
Mientras las autoridades sólo se suelen preocupar en aumentar la cantidad de derechohabientes y la construcción de hospitales, también sería importante que existiera un incremento sustancial en la plantilla médica, lo cual también ayudaría a combatir el estrés laboral y la elevada carga de trabajo que enfrentan los médicos general del IMSS.