A partir de 2004 la legislación de la Unión Europea (UE) pide que cualquier estudio farmacológico o de tratamiento que se realice en países de Europa afiliados a la organización coloque los resultados de la investigación en el Registro de Pruebas Clínicas de la UE. Sin embargo, un análisis publicado en el la Revista Médica Británica (BMJ) asegura que casi la mitad de estos experimentos no están cumpliendo con esta legislación.
De acuerdo con el documento, las pruebas clínicas llevadas a cabo por la industria farmacéutica están muy cerca de cumplir estos requerimientos. Por el contrario, las investigaciones realizadas por instituciones académicas de Europa son las que más han faltado a sus obligaciones legales. La reglamentación de EU exige que los resultados se publiquen en el Registro a más tardar un año después de haberse obtenido.
Múltiples organizaciones de Europa han argumentado que estos lineamientos son necesarios para que los investigadores no entierren resultados poco favorecedores. Síle Lane, presidente de campañas internacionales y políticas en transparencia científica de Sense for Science comentó en entrevista con Reuters que esta actitud denigra los principios morales del progreso clínico.
¿Por qué se le debería permitir a estas instituciones seguir llevando a cabo pruebas clínicas en pacientes? ¿Por qué los comités de ética les permiten continuar operaciones bajo estas condiciones? ¿Por qué sus patrocinadores continúan destinando fondos a estas organizaciones?
La investigación, liderada por miembros de la Universidad de Oxford, afirma que hasta el 32 por ciento de las pruebas clínicas hechas por farmacéuticas no siguen los parámetros de la legislación en Europa, comparado con el 90 de los estudios financiados por hospitales, universidades, gobiernos y caridades. Entre los peores casos destacan la Universidad de Helsinki en Finlandia y la Universidad de Nottingham en Reino Unido, con 12 y 17 resultados pendientes cada una.
Ben Goldacre, co-líder del estudio, lamentó el panorama que pintan estos descubrimientos sobre la labor científica en Europa. De acuerdo a sus investigaciones, apenas 11 instituciones académicas y laboratorios farmacéuticos en toda la UE han subido el 100 por ciento de sus resultados al Registro en tiempo y forma.
[Estos descubrimientos son un golpe] al corazón de la medicina basada en evidencia. No podemos, ni pacientes ni profesionales de la salud, hacer decisiones informadas sobre qué tratamientos funcionarán mejor a menos que se reporten todos los resultados.