Agosto es indudablemente un mes importante para nuestro adultos mayores. En éste no sólo se festeja el envejecimiento o al abuelo, sino que la fecha debe de ir más allá de una simple celebración y nos debe de ayudar a recapacitar sobre la forma en cómo se actúa en México a favor de la vejez, así como aquello que nos hace falta mejorar para abatir las carencias que acechan a este grupo demográfico tan importante.
A nivel mundial la preocupación comenzó en 1982 con la primera Asamblea Mundial Sobre Envejecimiento, donde se elaboró un informe con 62 puntos, mejor conocido como Plan de Acción Internacional de Viena sobre el envejecimiento. En aquel entonces la Asamblea hizo una llamado para que llevaran a cabo acciones específicas en temas tales como salud, nutrición, protección de los consumidores de mayor edad, vivienda, medio ambiente, familia, bienestar social, seguridad de ingresos, empleo, educación y el análisis de datos de investigaciones. Dicho plan fue adoptado como propio por la Organización de Naciones Unidas (ONU) durante ese mismo año.
Posteriormente, en 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas instauró el 1 de octubre como Día Internacional del Adulto Mayor; sin embargo, en dicha reunión se dejó a criterio de cada país la elección de una fecha conmemorativa para celebrar a las personas adultas mayores. De tal modo, en nuestro país la conmemoración se lleva a cabo los días 28 de agosto. Si bien no se sabe por qué se eligió dicha fecha, aún existe controversia sobre qué celebramos realmente: al abuelo o al adulto mayor; de hecho, muchos organismos en México abogan por celebrar al abuelo el 28 de agosto, y al adulto mayor el 1 de octubre, esto con el objetivo de respetar las tradiciones y costumbres de nuestro país, teniendo en consideración tanto la importancia que tiene el abuelo en la integración familiar, como en el hecho de que no todos los adultos mayores son abuelos.
Personalmente considero que las dos fechas deben aprovecharse al máximo para celebrar abiertamente a todos nuestros adultos mayores, siendo más los motivos que nos invitan a reflexionar sobre el propio significado del envejecimiento. Asimismo, debemos aprovechar la ocasión para preguntarnos si realmente conocemos el significado de envejecer, abriendo nuestras consciencias para determinar la forma en que cada uno de nosotros hemos de llegar a dicha etapa y determinando si contamos con la visión suficiente como para querer educarnos con el deseo de ser mejores adultos mayores, con una medicina altamente preventiva.
Las acciones sobre el envejecimiento afortunadamente, aunque con pasos lentos, continúan llevándose a cabo tanto en México como en el resto del mundo. Cada día se aboga por un cambio de actitud, de políticas y de prácticas a todos los niveles aprovechando el enorme potencial de las personas mayores en el siglo XXI. De tal modo, las recomendaciones se encuentran encaminadas a dar prioridad a las personas mayores, el desarrollo, la promoción de la salud, bienestar en la vejez, protección de un entorno propicio y de apoyo para este grupo.
Se alientan cada vez más a los gobiernos a que introduzcan en sus programas nacionales principios a favor de las personas adultas mayores. Los derechos básicos más vulnerados son: cuidado, toma de conciencia, salud, seguridad social, discriminación, maltrato y trabajo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y Organización Panamericana de la Salud (OPS), han puesto mucho énfasis en los derechos humanos de las personas mayores. Hoy contamos con 27 puntos de vital importancia con los cuales debemos encarar de forma dinámica y precisa los derechos de los adultos mayores y su buen trato. De todos estos puntos cada país y México no es la excepción, realizan sus propuestas y dinámicas que permitan encaminar a una mejor comprensión como sociedad y población los derechos del adulto mayor, recalcando siempre lo importante de su significado y la visión que debemos tener para envejecer con éxito.
Muchos países han definido un día al año para celebrar a sus adultos mayores. Es aquí donde encontramos un espacio importante que invita a promover entre niños, jóvenes y adultos la importancia de una educación en miras a una nueva cultura hacia nuestros seres queridos envejecidos, que nos permitan un mejor acercamiento, un trato más digno, apreciarlos y valorarlos, con un mejor sentido de pertenencia y permitiendo una mejor calidad de vida. Debemos tener el valor y la dignidad suficiente para reconocer a todos aquellos adultos mayores que en su juventud dieron lo mejor de sí hacia todos nosotros.
Hay mucho trabajo por hacer. El llegar a la vejez no es sinónimo de perder la oportunidad de disfrutar con plenitud nuestra edad y vida. Hoy día, todos los que nos dedicamos al cuidado y protección del adulto mayor, debemos redoblar esfuerzos para continuar apoyando y puliendo programas educativos, medicina preventiva tanto en jóvenes como adultos, reconociendo y aprendiendo que existen derechos, obligaciones, responsabilidades que debemos ejecutar con exactitud hacia el adulto mayor.
Debemos creer e invertir en ellos y no necesariamente en lo económico. Debemos aprender a invertir nuestro tiempo, paciencia, amor y voluntad. Todo en conjunto nos debe llevar a mejores panoramas y vivencias en cara a una vejez plena. Una nueva conciencia habrá de surgir.
Mi reconocimiento pleno, sincero y leal a todos nuestros adultos mayores. Gracias a su sabiduría, conocimiento y vasta experiencia, muchos seguimos aprendiendo de ustedes. Han logrado con su vida, contagiarnos ese deseo de conocerlos mejor. Enhorabuena mis queridos y respetados adultos mayores.