Contrario a lo que podrías creer o ver en la plantilla laboral de algunas instituciones de educación superior, enseñar no es para cualquiera. Se requiere, además de conocimiento en la materia, un estilo de comunicación donde se asegure la comprensión de la otra parte sobre los temas que se discuten. Esta tarea es mucho más difícil cuando pretende hacerse a través de un blog.
Tu consultorio puede beneficiarse mucho de tener un blog de salud. Además de que es un elemento indispensable si quieres crear una página web para tu negocio, también sirve para hacer tu propia aportación a la promoción y difusión de las ciencias médicas, te permite realizar estrategias de content marketing o simplemente ayudar a tus pacientes y el público general a educarse más.
Lo primero que necesitas tomar en cuenta es a quién le estás hablando con tu blog. Si tu objetivo es educar, entonces tus lectores serán tus propios pacientes y el público en general. Es muy importante que los términos, redacción y ejemplos que utilices puedan ser fácilmente entendidos por una persona sin conocimientos médicos. Esto no necesariamente significa sobre-simplificar procesos y conceptos, más bien debes “traducir” tus ideas a un lenguaje común.
Otra cosa a considerar es la estructura de tu texto. Aunque hayas participado en investigaciones médicas y escrito o leído reportes científicos, un blog es muy distinto. Los párrafos son mucho más cortos, la primera frase de tu texto debe ser un gancho perfecto para captar la atención de los lectores y debes explotar subtítulos y encabezados para darle ritmo a tus ideas.
También es común que quieras extenderte demasiado en un texto. Un blog es supuestamente un proyecto para llevar en el transcurso de varios años, así que no tengas miedo de segmentar los temas en pequeñas unidades. De hecho, para explicar un tópico complejo, probablemente tu mejor estrategia sea crear múltiples entradas donde expliques todos los aspectos por separado y después tengas un documento (con los enlaces a cada sección) donde resumas la información.
Finalmente, haz uso de herramientas narrativas. Contrario a un documento académico, en un blog puedes dirigirte directamente a la audiencia, referirte en primera persona, contar con una historia el tema a discutir e incluso usar estilos propios de la literatura o la poesía para embellecer (y hacer más atractivo) el texto. Dale rienda suelta a tu creatividad.