De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), para 2014 la discapacidad visual (ceguera, debilidad visual, miopía y otros padecimientos) era la segunda discapacidad más frecuente en México, únicamente por debajo de las enfermedades que imposibilitan o dificultan caminar o subir y bajar escaleras. Sin embargo, gracias a una retina artificial, millones de pacientes podrían recuperar la vista en un futuro no muy lejano.
El dispositivo en cuestión fue anunciado durante la 256 Reunión y Exposición Anual de la Asociación Química Americana. Según Nanshu Lu, miembro de la Universidad de Texas y parte del equipo que diseñó esta retina artificial, los profesionales de la salud podrían revertir la pérdida visual ocasionada por enfermedades como la degeneración macular o la retinosis pigmentaria.
Actualmente, ya existen implantes retinales construidos a partir de silicona que le permitían a los pacientes recuperar su vista parcialmente; sin embargo, dada su rigidez y fragilidad no pueden imitar correctamente la curvatura natural del órgano. Por el contrario, la retina artificial diseñada por Lu y sus compañeros, se encuentra construida a partir de grafeno, disulfuro de molibdeno y delgadas capas de oro, aluminio y nitrato de silicón.
Con estos materiales, la nueva retina artificial tendría dimensiones, forma y funciones muy similares al del órgano original, sin ocasionar disrupción mecánica alguna. En experimentos con modelos de laboratorio y animales, comprobaron que el dispositivo puede absorber la luz, procesarla a través de un circuito externo y estimular la corteza visual eficazmente.
Lu y su compañero de trabajo, Dae-Hyeong Kim de la Universidad Nacional de Seúl, afirman que esta tecnología apenas está en pañales. Sin embargo, la retina artificial ha probado la posibilidad de utilizar materiales como el grafeno y el disulfuro de molibdeno para crear estructuras que simulen el funcionamiento de órganos muy reducidos y específicos.
El siguiente paso de la investigación será analizar la posibilidad de añadir funciones a la retina artificial que permita recolectar información de salud en tiempo real, como estímulos cerebrales o cardiovasculares. Incluso se podría utilizar los mismos materiales para crear un implante que, colocado en el corazón, pueda emitir impulso eléctricos para autorregular arritmias.