Como te hemos comentado en ocasiones anteriores, actualmente Estados Unidos enfrenta la peor crisis de su historia por el consumo de opioides, un grave problema de salud pública que causa 115 muertes al día en el país e inclusive ha provocado que algunos pacientes lesionen a propósito a sus mascotas para utilizar recetas veterinarias como método para la adquisición legal de este tipo de fármacos.
Afortunadamente en nuestro país se ha detectado una situación inversa debido al poco conocimiento que se tiene sobre la forma correcta de uso de los opioides, situación que incluso ha provocado una “opiofobia” que en muchas ocasiones evita que los pacientes puedan acceder a este tipo de medicamentos y aliviar su sufrimiento.
Tal es la opinión de la especialista Silvia Allende Pérez, jefa del Servicio de Cuidados Paliativos del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), quien añadió que aunque en nuestro país existe una producción suficiente de opioides, éstos simplemente no se prescriben por parte de los médicos.
En nuestro país existe un temor en los médicos, pues muchos piensan que los opioides sólo se deben emplear en pacientes que se encuentran en una fase terminal o que pueden provocar peligrosas adicciones, por lo cual es necesario brindar los conocimientos necesarios a los galenos porque empleados de una forma correcta pueden ayudar a evitar el dolor en miles de pacientes.
Por su parte, Jorge Antonio Romero Delgado, comisionado de autorización sanitaria de la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), expuso que tan sólo en la Ciudad de México existen 471 farmacias que cuentan con autorización para vender este tipo de fármacos controlados, pero sólo 70 lo hacen, lo cual muestra el temor de los médicos nacionales a recetarlos.
A su vez, el Dr. David Castelo, especializado en Infectología, comenta que en realidad que lo hace falta en mayor interés y conocimiento de los médicos generales en el uso de analgésicos.
Si algo ha hecho bien el sistema de salud de México en comparación con otros países es utilizar los opioides de manera precautoria para evitar generar adicciones en los pacientes.