De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año 29 millones de niñas menores de 19 años resultan embarazadas, únicamente en países con economías emergentes. Desafortunadamente la problemática de los embarazos adolescentes va más allá de las complicaciones sociales que implica, pues éstos son también la principal causa de muerte en la población femenina mundial entre 15 y 19 años.
Bajo dicho contexto, la Secretaría de Salud (SSa) celebró la reducción en las tasas de embarazo adolescente registradas durante el presente sexenio. Según palabras de José Narro Robles, titular de la citada dependencia, entre 2012 y 2016 México experimentó un descenso en el volumen de niñas y adolescentes embarazadas, pasando de 468 mil 116 a 399 mil 140, una diferencia de 15 puntos porcentuales.
El titular de la SSa afirmó que los avances tecnológicos están fomentando un mayor conocimiento sobre buenas prácticas médicas y de salud en la población. Sin embargo, reafirmó que el problema de los embarazos adolescentes requiere de un acercamiento más humano:
Los médicos debemos de poner en práctica el pensamiento de Hipócrates, quien hace 2 mil 500 años revolucionó la medicina. El cambio no fue científico, sino humanista, ético y filosófico; desde entonces nuestra profesión se distingue por tener como fundamento estos valores.
Por otro lado, aunque Narro Robles reconoció el avance realizado durante la presente administración, lamentó que todavía existan situaciones en que niñas de 10, 11 ó 12 años se vean forzadas a dar a luz y tener entre sus brazos un bebé y no un juguete como corresponde a su edad.
En un comunicado de la SSa, el rector de la Escuela de Medicina Saint Luke, Antonio Fraga Mouret, coincidió con Narro Robles y agregó que en los nuevos paradigmas médicos, los profesionales médicos necesitan trabajar en la prevención y la detección temprana de los padecimientos y problemáticas de salud (incluidos los embarazos adolescentes), en lugar de enfocarse en la curación y paliación de las enfermedades.