Hace una semana te comentamos lo sucedido en Monterrey donde un niño de 6 años que no contaba con la vigilancia adulta necesaria, introdujo uno de sus brazos en una lavadora que estaba en funcionamiento, lo que provocó que perdiera la extremidad, pero gracias a que de inmediato fue llevado a una unidad médica cercana y al trabajo en equipo de los especialistas fue que se logró reimplantarle su brazo, pero a pesar de los buenos resultados iniciales, la historia no concluyó de manera satisfactoria.
Como se indicó previamente, el menor fue atendido en el Hospital de Traumatología y Ortopedia No. 21 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Monterrey y después de una cirugía de más de 10 horas parecía que podría recuperar su brazo, pero durante el fin de semana sufrió de complicaciones médicas que atentaban contra su integridad.
En este caso, durante la recuperación del niño, los médicos detectaron que el brazo que se le había reimplantado comenzó a hincharse y mostrar una tonalidad oscura como consecuencia de rechazo del propio cuerpo del paciente, por lo que se tomó la decisión de amputar la extremidad.
Por lo pronto, el equipo médico a cargo logró estabilizar al menor, quien hasta este momento ya no presenta problemas o adversidades que pongan en peligro su vida.
A su vez, el IMSS recordó que es muy importante siempre cuidar a los niños en casa porque durante los períodos vacacionales es cuando se presenta un aumento en las consultas médicas provocadas por accidentes que pudieron haberse evitado.