En México, estudios preeliminares sobre el autismo indican que hasta 1 en cada 90 jóvenes podría tener este padecimiento. Comparado con el resto del mundo, donde el índice de ocurrencia de esta condición es de apenas de 1 en cada 115, nuestro país contar con las condiciones propicias para su aparición entre los infantes, incluido el número de mujeres que padecen síndrome de ovario poliquístico (SOP).
De acuerdo con un reciente estudio elaborado por el Centro de Investigación de Autismo de la Universidad de Cambridge, cuyos resultados fueron publicados en Translational Psychiatry, las mujeres que padecen de SOP tienen una mayor probabilidad de dar a luz a un hijo con autismo.
La investigación surgió cuando los expertos razonaron que tanto el SOP como el autismo tienden a presentarse en personas con altos niveles de testosterona prenatal. Este desbalance hormonal en las mujeres, además de afectarlas con características autistas, también aumenta el riesgo que sus hijos presenten el padecimiento.
El estudio tomó información de más de 26 mil casos de Reino Unido y analizó tres escenarios distintos: el riesgo que una mujer con SOP presentara rasgos de autismo, la probabilidad que una mujer autista desarrollara SOP y la probabilidad que el primer bebé de ambos grupos de mujeres desarrollara autismo.
En todos los casos, el riesgo para las mujeres (de padecer SOP, autismo o tener un hijo autista) fue mayor comparado con el grupo de control de 130 mil pacientes. Aunque las probabilidades son siempre reducidas (menos del 3 por ciento), comparado con las personas sanas, las mujeres examinadas tenían un nivel de riesgo de casi el doble en todas las situaciones analizadas.
Simon Baron-Cohen, autor senior de la investigación, afirma que el estudio puede ayudar a entender los efectos de la testosterona en el desarrollo cerebral y las habilidades del niño más adelante en su vida. Agregó además que estos efectos hormonales no son independientes de las condiciones genéticas, ya que la testosterona puede afectar el funcionamiento de los genes, mientras que éstos determinan el nivel de las hormonas en el organismo.