Como médico sabes que existen situaciones en las que tu labor se requiere de manera inmediata para lograr salvar la vida de otras personas. Justamente eso fue lo que sucedió el pasado martes cuando el vuelo AM2431 Durango – Ciudad de México de Aeroméxico sufrió un desperfecto a los pocos minutos de iniciar su despegue, provocando su caída intempestiva; sin embargo, de manera sorprendente, ninguno de los pasajeros falleció.
Ante esta lamentable situación, en la que se vieron afectados los 103 pasajeros del avión, autoridades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) se movilizaron de forma inmediata, poniendo a disposición sus instalaciones y equipo para brindar atención a quienes así lo requirieran.
En el caso del IMSS, el Hospital General de Zona No. 1 de Durango recibió a 9 de los heridos del vuelo, quienes de manera inmediata fueron valorados y atendidos por el personal médico y de enfermería.
De igual forma se debe reconocer que desde el primer instante en que se dio a conocer el accidente aéreo, el IMSS envío 5 ambulancias al lugar de los hechos para apoyar en las labores de traslado de los heridos, además de que dispuso de camillas y equipo médico de emergencia.
Por su parte, el ISSSTE envió 4 ambulancias equipadas al lugar del siniestro para atender a las personas afectadas. En ese sentido, 7 pasajeros fueron trasladados al Hospital General “Dr. Santiago Ramón y Cajal” de la capital, de los cuales 3 no necesitaron hospitalización y fueron dados de alta, mientras que los 4 pacientes restantes se encuentran bajo valoración, pero fuera de peligro.
De esta manera, el igual que sucedió con los movimientos telúricos que se registraron en septiembre del año pasado en nuestro país, tanto el IMSS como el ISSSTE se solidarizaron con la población para brindar atención sin importar si se trataba de derechohabientes o no.