Tú sabes muy bien que para poder convertirte en médico requeriste de varios años en la facultad, adquiriendo los conocimientos básicos necesarios que te sirvieran en la atención diaria de tus pacientes; sin embargo, existe un aspecto muy importante que suele ignorarse en muchos de los centros educativos: la empatía médica.
Si bien contar con una sólida formación que permita solucionar los problemas que enfrentan los pacientes a diario es indispensable, también es importante la forma en que se aborda a cada persona dentro del consultorio, pues la cordialidad y amabilidad no sólo ayudan para propiciar una mejor conexión con el paciente y volverte su médico de cabecera, sino que también sirven para tener tratamientos más eficientes.
En ese sentido, un acto en apariencia tan simple como sonreír puede significar una enorme diferencia con tus pacientes, quienes asistieron contigo porque sufren de algún problema o dolencia y requieren de tu apoyo para estabilizar su salud.
De igual manera, una sonrisa es la mejor manera de recibir a tus pacientes en el consultorio porque genera un ambiente de cordialidad y funciona para que ellos eliminen su estrés y nerviosismo, lo que permitirá respuestas más honestas al momento en que tengas que entrevistarlos para emitir un diagnóstico.
Finalmente, recuerda que no necesitas actuar ni fingir sonrisas, sólo requieres de una pequeña expresión facial que luzca natural y con ese pequeño detalle lograrás marcar diferencia para ganarte a un nuevo paciente durante tu jornada laboral a través de la empatía médica.