Manejar una farmacia requiere una ardua labor de gestión de los medicamentos y productos que ofreces. No es poco común que muchos negocios en el mercado pierdan compradores u oportunidades de negocio por no llevar a cabo algunas buenas prácticas. Sigue estos sencillos consejos e incrementa tus ganancias en el día a día:
Procura no acumular ni estar corto de inventario
- Una forma muy fácil y casi imperceptible de perder dinero es tener reservas muy grandes de productos de bajo movimiento en bodega, así como no tener suficientes de los más solicitados. Identifica qué medicamentos son los que más se venden en tu farmacia y enfócate en ellos. Para el resto de tu oferta, reabastécete lentamente y deshazte de los productos que casi no circulen.
Revisa regularmente el estado de tu inventario
- Encárgale a un miembro de tu equipo la tarea de buscar medicamentos a punto de o ya expirados para devolverlos a los laboratorios y así no quedar mal con algún cliente. También es positivo monitorear las tendencias de tu farmacia, para identificar si hay temporadas donde las personas compran más algún tratamiento o donde los proveedores tienden a subir precios.
Evita adquirir medicamentos costosos o de baja calidad
- Algunos clientes regulares pueden necesitar medicamentos de bajo movimiento y alto precio. Si estableces contacto con ellos y los atiendes en persona, te puedes evitar el tener tratamientos caros y ociosos en tu farmacia. Establece también protocolos para asegurarte que productos y proveedores cubran los estándares mínimos de calidad para evitarte problemas a futuro.
Automatiza tu negocio
- Una forma muy efectiva de optimizar el manejo de tu inventario es a través de la incorporación de algún software que te permita rastrear automáticamente el estado de los productos dentro de tu farmacia. Con este tipo de programas, puedes acceder a algunas métricas básicas (como los volúmenes de productos en bodega, cantidad de ventas, facturación) en cuestión de segundos.
Establece una relación más inteligente con los proveedores
- En lugar de ordenar productos varias veces al día, reduce tus pedidos a no más de tres a la semana. También es más fácil trabajar solo con distribuidores para reabastecerte de medicinas en lugar de recaer en intermediarios constantemente. Con estas acciones, puedes reducir tus costos humanos y financieros porque debes lidiar con estas operaciones menos veces a lo largo del mes.