El Parkinson y el Alzheimer son dos de las enfermedades neurodegenerativas con mayor incidencia en el mundo. Estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugieren que más de 30 millones de personas padecen de Alzheimer en el planeta, cifra que probablemente se duplique en los próximos 5 años.
Si bien en México no existen cifras oficiales en torno al Parkinson, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha estimado que entre 40 ó 50 personas por cada 100 mil habitantes sufren este padecimiento. Esto equivale a un aproximado de entre 44 mil 800 y 56 mil personas con esta aflicción en todo el país.
Ante esta problemática, un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana de Iztapalapa (UAM-1) han comenzado a diseñar compuestos y sustancias antioxidantes, basados en feniletilamina, para aminorar los síntomas del Parkinson, el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas.
La investigación pretende crear sustancias antioxidantes que inhiban la producción de la enzima monoaminoxidasa, a su vez responsable de generar toxinas que fomentan la muerte neuronal y empeoran la condición de los pacientes de Alzheimer y Parkinson. Se eligió la feniletilamina como base por la interacción del sustrato con la membrana mitocondrial y las células neuronales.
Además de diseñar tratamientos más efectivos para el Alzheimer y el Parkinson, estas sustancias antioxidantes podrían utilizarse en la creación de medicamentos para arterioesclerosis múltiple, artritis, diabetes, cardiopatías, algunos tipos de cáncer y otras enfermedades neurodegenerativas, ya que se está generando información sobre el estrés oxidativo a escala celular.
Actualmente, el equipo de la UAM-1 a cargo de la investigación se han enfocado exclusivamente en diseñar sustancias antioxidantes teóricas derivadas de la feniletilamina. Entre las pruebas a las que se han sujeto estos compuestos, están análisis termodinámicos y cinéticos enfocados a medir la capacidad de los compuestos para depurar radicales libres y reducir el daño que sufren los organismos a nivel celular.
La siguiente etapa del proyecto sería sintetizar estas sustancias y proseguir con pruebas (in vitro e in vivo) para comprobar la eficacia de un fármaco comercial. El proyecto cuenta con el apoyo de organizaciones como Unesco, Conacyt y la Academia Mexicana de Ciencias, a través de becas concedidas a la líder de investigación, la Dra. Adriana Pérez López.