De forma cotidiana diversos aeropuertos alrededor del mundo cuentan con equipos caninos, los cuales a través de su desarrollado olfato se encargan de detectar maletas sospechosas que podrían contener explosivos o sustancias ilícitas. Ahora la misma idea ha sido propuesta para la detección de bacterias dentro de las unidades de salud.
Gracias a la habilidad que tienen los perros para detectar olores específicos, el Hospital General de Vancouver puso en marcha un programa piloto en el que se utiliza a un par de caninos entrenados para detectar a espacios o pacientes con la bacteria Clostridium difficile, la cual debilita el sistema inmunitario por el consumo en exceso de antibióticos y es la principal culpable de prolongar la estancia en los hospitales, además de aumentar el riesgo de potenciales nuevas infecciones.
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 64 por ciento de los casos adquiridos de la bacteria señalada tienen su origen en una unidad médica, por lo que se piensa que a través de esta nueva medida se pueda ayudar a disminuir los contagios.
Por su parte, el trabajo de con los perros es importante porque acelera el proceso de detección de la bacteria sin la necesidad de utilizar la luz ultravioleta que normalmente se emplea. A su vez, en el momento en el que el perro percibe la bacteria, un dispositivo robótico desinfecta la zona con un 99.9 por ciento de eficacia.
En cambio, no es la primera vez que se propone emplear a caninos para fines médicos porque ya existen hospitales en países como Japón que cuentan con un programa especial de perros que a través de su olfato pueden detectar a personas con diabetes.