Pese a que diversas investigaciones han mostrado que los primeros casos de cáncer en la humanidad se originaron hace miles de años, ha sido durante las últimas décadas cuando se ha visto un incremento exponencial en su incidencia y mortalidad, por lo que se han desarrollado diversos proyectos con los cuales se busca frenar el crecimiento detectado.
Pero a pesar de los esfuerzos emprendidos, el futuro no luce esperanzador y en realidad se prevé que la tasa de mortalidad a nivel mundial continúe en aumento, en especial en América Latina, zona donde, de acuerdo con la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC), se observará un incremento del 106 por ciento durante las próximas dos décadas (2035). Respecto a la incidencia, la UICC afirmó que en esta zona geográfica se presentará un incremento del 91 por ciento para la misma fecha prevista.
Por su parte, Rolando Camacho, asesor de la UICC, afirmó que el principal enfoque que deben de desarrollar los gobiernos de Latinoamérica es preventivo, pues resulta mejor buscar evitar una enfermedad como el cáncer que intentar curar a los pacientes.
Sabemos que gracias a los recientes avances tecnológicos, el cáncer ya no es una sentencia de muerte, pero eso no significa que se deba creer que siempre se puede curar al paciente. Lo que se debe hacer es modificar los hábitos del paciente como el tabaquismo, con lo cual se evitarían hasta el 30 por ciento de los casos en el mundo, además de fomentar las revisiones de salud constantes.
Por lo pronto, para entender el impacto actual del cáncer en nuestro país, el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) afirma que la enfermedad provoca la muerte de 80 mil pacientes cada año, lo que equivale a 9 fallecimientos por hora.