El éxito es una especie de apetito espiritual, algo que cotidianamente buscan millones de seres humanos sobre la tierra, pero que solo pocos han alcanzado. En este sentido es importante aclarar que el éxito es algo de naturaleza personal, de tal modo podemos concluir que nadie puede alcanzar el éxito si no sabe lo que quiere en la vida; nadie puede extasiarse de la sensación de logro si no tiene claro lo que quiere lograr; que nadie sabrá cuando ha llegado si no ha definido a donde quiere llegar.
Por lo anterior, quien quiera tener éxito como directivo debe tener muy claro a que aspira como tal, y, como todo ser humano, debe buscar el éxito integral. Esto significa ser capaz de lograr sus propósitos en campos clave, tanto a nivel personal como profesional, pues esto lo hará prospecto a la felicidad, meta suprema para muchas personas. Asimismo, todo directivo que aspire a la excelencia debe buscar el crecimiento equilibrado en los diversos roles que le corresponde desempeñar, siendo importante el balance en 4 aspectos fundamentales.
Área Laboral
- El amor al trabajo enriquece la tarea, para armar desde ese punto de vista nuestro quehacer directivo y así disfrutar también del placer del juego. En caso contrario nos encaminaremos al fracaso y la frustración, por lo que no debemos ver al trabajo como una maldición bíblica, sino como una forma de trascender, de realizarnos ejercitando ese enorme potencial que se nos ha dado como seres humanos.
Área familiar
- Es importante para todo directivo contar con una estabilidad familiar, pues se trata de un importante núcleo social. Una empresa que debemos de sacar adelante con el mayor éxito. En la actualidad se viven momentos difíciles, momentos de angustia y tensión desarrollando un trabajo frenético con horarios prolongados; sin embargo, dentro de esas presiones y tensiones es también saludable dedicar tiempo y cuidado a la familia, sobre todo considerando que existen estudios, llevados a cabo en países altamente desarrollados, que comprueban que los directivos de más alto desempeño son aquellos que saben combina con éxitos los diversos roles que deben desempeñar, particularmente el familiar, pues también los hace fuertes prospectos a la felicidad.
Área social
- Los papeles laboral y familiar deberán ser encaminados a cultivar ciertas habilidades para que podamos vivir en una sociedad en armonía, así como con el mundo que nos rodea, se requiere ejercer la amistad y también preocuparnos por las necesidades del entorno social. Por otra parte en el terreno directivo, que es a la vez el campo de los negocios, los amigos y conocidos producto de nuestras buenas relaciones, son aliados, clientes o proveedores potenciales y bien pueden ser el puente que nos permitan alcanzar la meta anhelada, una importante red de amigos y conocidos puede ser un activo importante en el campo empresarial. Por lo anterior el enunciado; “un problema compartido, es un problema reducido”.
Área personal
- Ya se habló del tiempo dedicado al trabajo, a la familia y a nuestras actividades sociales, tres compromisos clave en nuestro paso por la vida. Ahora comentaremos el vital compromiso con nuestra persona, el tiempo personal que requerimos para el cuidado de nuestra salud física y mental; el tiempo que necesitamos para soñar despiertos, para entrar en contacto con nuestros ideales, con nuestros elevados valores, considerando que los seres trascendentes suelen tener por compañera una riqueza ideológica, que es importante apartar tiempo para caminar, correr o hacer otro tipo de ejercicios que contribuyan a tener un cuerpo sano, que nos permitan liberar tensiones, que nos liberen de la propensión a enfermedades cardiovasculares, y que es importante también cuidar la salud mental, apartando tiempo personal para estar en soledad con nosotros mismos, para cuestionarnos, contestarnos y decirnos muchas cosas, dijo en una ocasión una persona sabia, “Cuando estoy solo, soy todo mío, cuando estoy acompañado soy parte de los demás”.
Honestamente yo agregaría una área más…
Así en alguna noche dichosa en secreto que nadie me veía, podremos mirar cosas, sin otra luz ni guía, sino la que en el corazón ardía.
-San Juan de la Cruz-
…Para mí es importante, y considero de vital importancia como complemente del todo de cualquier ser humano, la creencia en alguna fuerza suprema. Resulta inaudito pensar que de ser así hace mucho tiempo, siempre hemos fijado en algún ser superior, idea o analogía que represente; paz, fuerza interior o mera suerte, por ello para tener riqueza espiritual es importante recurrir también en esos momentos de soledad que resulta ser tan sonora, alejado del bullicio y la cotidianeidad.
Pasaré los fuertes sin fronteras, oh bosques y espesuras, plantadas por la mano del Amado, oh prado de verduras, de flores esmaltados, -decid, si por vosotros ha pasado-, Apaga mis enojos pues que ninguno basta deshacerlos, y ve ante mis ojos, pues eres lumbre de ellos, y solo para ti quiero tenerlos…
-San Juan de la Cruz-
Por lo anterior me encuentro completamente de acuerdo en que el éxito equilibrado nos hace inmensamente fuertes; debemos considerar que somos nosotros y nadie más que nosotros, quienes tenemos que forjar la empresa anhelada, la familia que soñamos. Ante ello es importante contar con una buena actitud, pues es la forma en la que exteriorizamos nuestros sentimiento y pensamientos; es una disposición o postura que asumimos ante los acontecimientos cotidianos, esa postura puede ser positiva o negativa; positiva implica que se trata de una disposición racional, que es provechosa, que da pruebas de realismo, que tiene sentido práctico; negativa simplemente implica una posición inversa a la anterior.
Cuando un directivo tiene una actitud positiva se convierte en una fábrica de soluciones, y si su actitud es negativa lo es de excusas y problemas. Cuando un directivo es positivo ante los problemas, busca opciones, caminos; en cambio cuando es negativo, busca pretextos o culpables.
Retomando lo anterior, debemos hacer frente a las situaciones con creatividad. Sí, así es, con creatividad, ya que una persona creativa es capaz de crear, forjar o innovar. El directivo actual debe poder crear nuevos satisfactores ante el torrente de nuevas necesidades; forjar empresas con una capacidad y una velocidad de respuesta acorde con las circunstancias, y ser suficientemente innovador para poder sobrevivir en un ambiente en que lo transitorio es la moda, por lo que directivos y empresas que no se renuevan, no tienen futuro alguno.
Por lo general, en las empresas, las crisis de ventas de productividad, financieras, de imagen, etc., son crisis de creatividad por parte de sus recursos humanos, por lo que en nuestros días, ningún directivo puede carecer de imaginación para aprovechar el potencial de sus colaboradores, ya que esto equivaldría a tener un cheque al portador y no cobrarlo, cuando dinero en efectivo es lo que más se requiere.
Ante situaciones desafiantes o problemas difíciles a un buen directivo lo alientan y desafían, ya que está consciente de que la victoria sobre ellas puede ser el peldaño en que se apoye para lograr una gran proyección, y de que cada victoria no sólo lo fortalece para la solución de problemas mayores, sino que robustece su autoestima. Ya que con frecuencia los problemas son luces intermitentes que nos advierten sobre nuestras debilidades; son indicadores de que algo no está funcionando y que es el momento de hacer importantes cambios; que bueno que se nos presentan esas señales que nos orientan, y que tomándolas positivamente nos colocan por la senda de la superación, por lo que los problemas son la oportunidad que toda persona necesita para probarse a sí misma, en realidad cada problema que enfrentamos tiene una buena ocasión de crecer como directivos y como seres humanos.
La negociación es un arte que debe cultivar todo directivo que aspire a la excelencia. En el campo empresarial, los resultados son mejores cuando se cuenta con un grupo humano que sabe a dónde va, que se encuentra comprometido con una misión, que disfruta su trabajo, y que sueña con volver realidad lo aparentemente imposible.
El directivo posee un talento especial para fijar metas y tiene la virtud de saber cuándo modificarlas ante eventuales cambios en el entorno, cambios, que por supuesto, no están bajo su control; camina para ello, a la vez, con metas alternativas, que por supuesto, se encuentren por el mismo rumbo, con el fin de que le permitan capitalizar los esfuerzos ya realizados. Por contraparte cuando un directivo no planea o lo hace en forma deficiente, corre el riesgo de estar realizando tareas intrascendentes y de poca contribución a los resultados; en otras palabras, por falta de planeación se está apartando de su verdadera función directiva.
De acuerdo con lo comentado en párrafos anteriores podemos afirmar que el directivo es una persona congruente entre lo que dice y lo que hace, por lo que si se fija una meta y formula los respectivos planes, puede considerarse un hecho que emprenderá las acciones respectivas que lo conduzcan al destino deseado, por ello sabe vender el más importante de los productos, que es su persona, que es su imagen, crea con facilidad un ambiente de aceptación de sí mismo, porque ha logrado esculpir un fuerte personalidad, y ella influye par que la gente quiera hacer negocios con él.
Comentario
Pensando en nosotros, como directivos o simplemente como personas, ¿Cuál debe ser nuestro éxito?,¿cuál debe ser nuestra cumbre por alcanzar?, ¿en qué nos vamos a convertir?, ¿hacia donde nos vamos a dirigir?; consideramos que toda persona inteligente debe actuar siempre en función, de un propósito de la vida; quien camina a ciegas termina extraviado en oscuridad. Podemos concluir con lo antes citado que nadie puede tener el éxito si no se sabe lo que quiere en la vida; que nadie puede extasiarse de la sensación de logro sino tiene claro lo que quiere lograr; que nadie sabrá cuando ha llegado si no ha definido a dónde quiere llegar. Por eso quien quiera tener mucho éxito como directivo, antes que nada debe tener muy claro a que aspira como tal, por ello todo directivo, como todo ser humano debe buscar el éxito integral, esto es, ser capaz de lograr sus propósitos en los campos claves, en los que la vida tiene que desempeñarse, ya que esto lo hará prospecto a la felicidad, que para muchos es la meta suprema, la cual la considera como la culminación de los actos reflejos de una buena persona… de un Directivo de Alto Rendimiento.