Como te hemos comentado en reiteradas ocasiones, Estados Unidos se encuentra en medio de un severa crisis provocada por el consumo desmedido de opioides, pero a pesar de los esfuerzos que se han emprendido la situación no ha cambiado, lo que ha provocado que algunos consideren este problema de salud pública como el más grave desde el surgimiento del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) hace 3 décadas.
Para lograr comprender la dimensión del problema, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) afirma que en la actualidad los opioides provocan 115 fallecimientos al día, lo que representa un incremento del 400 por ciento con respecto a 1999.
De igual forma, los CDC dieron a conocer que tan sólo en el 2016 los opioides provocaron el deceso de 63 mil estadounidenses, de los cuales 42 mil murieron a causa de opioides recetados o ilícitos, lo que ha generado dudas sobre el papel de los médicos, quienes en ocasiones suelen ser la fuente de las adicciones de sus pacientes.
Al respecto, el informe detalla que la prescripción inapropiada de opioides es un factor determinante en el desarrollo de la actual epidemia que enfrenta la nación. Debido a lo anterior, se ha solicitado un mayor cuidado de los médicos al momento de emitir recetas a sus pacientes para no fomentar el consumo innecesario de opioides.
Por último, se debe de considerar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que Estados Unidos consume el 85 por ciento del total de opioides de todo el planeta, lo que sirve como parámetro para entender la gravedad de esta epidemia.