Lo que hasta hace unos años parecía ciencia ficción, poco a poco está sucediendo ahora en el Instituto Wake Forest de Medicina Regenerativa (WFIRM), donde científicos se encuentran buscando la forma de cultivar más de 30 órganos y tejidos con la finalidad de desarrollar terapias para curar las enfermedades en lugar de simplemente tratarlas.
Al respecto, el director de la WFIRM, Anthony J. Atala señaló que el objetivo final es el de aplicar los principios de la medicina regenerativa para reparar o reemplazar los tejidos y órganos enfermos.
En este sentido, los científicos del WFIRM se encuentran buscando formas de crear células productoras de insulina en el laboratorio, diseñar vasos sanguíneos para la cirugía de derivación cardíaca y aplicar tecnologías de medicina regenerativa a lesiones en el campo de batalla.
Otras iniciativas de investigación incluyen liderar un esfuerzo de 5 centros para imprimir mini órganos para pruebas de fármacos y aplicar las lecciones aprendidas a los órganos de reemplazo para pacientes; además de trabajar para aplicar los principios de la fabricación moderna a la medicina regenerativa.
El equipo interdisciplinario de WFIRM trabaja en todos los niveles de complejidad de órganos en medicina regenerativa. Su historia incluye varias primicias mundiales con una trayectoria de tejidos y órganos de reemplazo de ingeniería en las cuatro categorías de complejidad de órganos. El grado de complejidad aumenta con cada uno de los cuatro tipos de órganos:
- Estructuras planas como la piel.
- Tejidos tubulares como vasos sanguíneos.
- Órganos huecos como el estómago y la vejiga.
- Órganos sólidos como el corazón, el hígado y el riñón.
Uno de los órganos con los que más se trabaja es el riñón, pues, como sabes, se trata del órgano más solicitado alrededor del mundo.
80 por ciento de las personas en la lista de donantes de órganos están esperando un riñón. Es un órgano muy complejo que se ve afectado por muchas enfermedades diferentes, como la diabetes, la hipertensión arterial y otras.
“Estamos tratando de aumentar el número de tejidos que se pueden fabricar para que más pacientes puedan beneficiarse de la tecnología”, dijo Atala, “pero la recreación de órganos humanos no es una tarea fácil, pues la tecnología aún está a muchos años de reemplazar los órganos sólidos.”, finalizó.