El 14 de junio se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre, efeméride creada para agradecer a los donantes voluntarios no remunerados y concientizar a la población de la necesidad de hacer donaciones regulares para garantizar la calidad, seguridad y disponibilidad de sangre y sus productos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publica 6 datos sobre la transfusión de sangre:
Permiten salvar vidas y mejorar la salud
- Cada año se recogen en el mundo 112.5 millones de unidades de sangre. Cada país debe asegurarse de que no estén contaminadas con VIH, hepatitis y otras infecciones.
Se utilizan como apoyo de varios tratamientos
- En los países de altos ingresos se hacen transfusiones con mayor frecuencia a personas mayores de 60 años. Las transfusiones se utilizan principalmente en apoyo de cirugía cardiovascular, trasplantes, traumatismos masivos y el tratamiento de tumores malignos sólidos y neoplasias sanguíneas.
El suministro de sangre segura se garantiza por medio de la donación voluntaria
- Sólo se puede asegurar la dotación de sangre no contaminada mediante la donación regular por voluntarios no remunerados.
La sangre donada debe analizarse siempre
- Antes de su transfusión, la sangre donada debe ser sometida siempre a pruebas de detección del VIH, hepatitis B y C y la sífilis. Sin embargo, en 35 países no toda la sangre donada es sometida a análisis de una o más de estas infecciones.
Una sola unidad de sangre puede beneficiar a varios pacientes
- La separación de los diferentes componentes de la sangre permite que una sola unidad beneficie a varios pacientes, proporcionando a cada uno de ellos únicamente el componente que necesita. En los países de ingresos altos se fracciona aproximadamente un 97 de la totalidad de la sangre recogida, frente a un 75.5 por ciento en los países de ingresos medios y a un 50 por ciento en los de ingresos bajos.
Transfusiones innecesarias exponen a los pacientes
- A menudo se prescriben transfusiones sanguíneas a pesar de la existencia de tratamientos alternativos simples y seguros que pueden resultar igual de eficaces. En consecuencia, esas transfusiones puede ser innecesarias y exponen a los pacientes al riesgo de infecciones, como VIH y hepatitis, y reacciones transfusionales graves.