En la actualidad Estados Unidos atraviesa por la crisis de opioides más grave de su historia, por lo que muchos consideran que se trata del problema de salud pública más mortal desde el surgimiento del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) hace 35 años y aunque parte del inconveniente se ha provocado por las medicaciones incorrectas en los centros de salud, también ha sido causado por la ilegalidad de opiáceos.
De esta manera, las autoridades de Nebraska incautaron un cargamento que contenía más de 50 kilogramos de fentanilo puro, cantidad que de acuerdo con la Agencia Antidrogas (DEA) es suficiente para matar a 26 millones de personas, pues una dosis llega a ser hasta 50 veces más potente que la heroína y el total del embarque representa un valor estimado de 20 millones de dólares.
El decomiso es considerado como el más grande en la historia de Nebraska y uno de los de mayor impacto en la nación estadounidense.
En ese sentido, con base en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), el fentanilo es un opioide que mata, en promedio, a 115 habitantes al día y ahí radica la importancia de esta incautación.
Por último, para lograr dimensionar el tamaño del problema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que Estados Unidos consume el 85 por ciento de los opioides de todo el mundo, además de que durante los últimos 2 años se ha observado una disminución en la esperanza de vida de la población estadounidense debido al consumo de opiáceos.