Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que cada año se registran 3 millones de muertes ocasionadas por errores en los sistemas de salud. Un balance que, sin lugar a dudas, incluye los fallos en la praxis médica y cuya incidencia se concentra en los países llamados “en vías de desarrollo”, como México. ¿Qué hacer?
Para citar un ejemplo de lo establecido en el párrafo anterior, en el país vecino de los Estados Unidos, los errores en la práctica médica representan ya la tercera causa de muerte a nivel nacional. Algo que no sólo preocupa, sino que, además, es de llamar la atención para los países que buscan consolidarse como pilares en la atención médica. ¿Cómo actuar?
Análisis de la experiencia, clave de la OMS
Con esto en mente y durante su participación en la Cumbre Anual del Movimiento para la Seguridad del Paciente, celebrada en la ciudad de Londres, Inglaterra, el director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, reconoció la importancia de que los profesionales de la salud aprendan de sus errores sin caer en el dogma. Los errores sucedes y de ellos se aprenden.
En este sentido, a la luz de la información publicada por la cadena de noticias del diario El País, el director general de la OMS, explicó que si bien nadie debería sufrir daños al buscar atención sanitaria, la realidad es que cada año los eventos adversos afectan a uno de cada diez pacientes en todo el mundo. Dos tercios de todos los eventos adversos ocurren en países de ingresos medios y bajos.
Errar es humano. Pero compartir y analizar fallos médicos puede evitar que una infección en una vía, una transfusión incompatible o una dosis incorrecta de un medicamento vuelvan a ser causa de muerte. Esta es la filosofía de la seguridad del paciente, un principio clave de la atención médica que impulsado por profesionales sanitarios y enfermos busca minimizar los daños que se producen en hospitales y centros de salud.
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