Cuando una persona fallece, sus órganos y tejidos pueden ser empleados para salvar o mejorar otras vidas, por lo cual es de suma importancia combatir los bajos índices de donación que prevalecen en países como México. A pesar de dicho problema, el avance de la tecnología y la destreza de algunos médicos ha permitido el desarrollo de innovaciones que permiten salvar vidas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Fue de esta forma como el cirujano francés Emmanuel Martinod diseñó un revolucionario método con el cual, a través de arterias de personas fallecidas, se pueden reconstruir las tráqueas de pacientes que a causa del cáncer u otras enfermedades mortales presentan problemas severos para respirar.
De esta manera, si se considera que el cáncer de esófago suele ser complicado en su detección y cuando se diagnostica en una etapa avanzada atenta contra la salud del paciente, con este nuevo tratamiento se busca ofrecerle una alternativa a los pacientes afectados.
Para su realización, el cirujano emplea la arteria aorta donada por pacientes fallecidos, la cual primero debe ser congelada para poder almacenarla y también evita que sea rechada por el cuerpo del paciente al que se le implantará. Posteriormente es empleada para robustecer el interior de las tráqueas de los pacientes afectados gracias a que funciona como una barrera contra las enfermedades y también ayuda en la transportación de los alimentos.
Hasta el momento, el equipo encabezado por el cirujano francés ha realizado cerca de una docena de trasplantes de tráquea con este novedoso método, siendo todos exitosos, por lo que se abre la posibilidad para salvar a más pacientes en el futuro.