Fue en 1998 que por petición de la Iniciativa Global para el Asma (GINA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se eligió que el primer martes de mayo de cada año se conmemorara a el Día Mundial del Asma con la intensión de incentivar las investigaciones en torno a esta enfermedad crónica, además de buscar concientizar a la población civil y fomentar el diálogo entre médicos para buscar ofrecer los mejores tratamientos posibles que permitan auxiliar a los pacientes.
Al respecto, la OMS estima que al menos el 5 por ciento de la población global padece de asma, lo que equivale a 235 millones de personas. En ese sentido, pese a que se trata de una enfermedad controlable, es muy importante la atención la acción oportuna del médico para auxiliar al paciente y valorar qué recomendaciones son las más indicadas para cada caso porque de lo contrario se puede afectar de manera notoria la calidad de vida de las personas.
Otro dato a considerar es que el asma es la enfermedad crónica más frecuente en pacientes infantiles en todo el mundo, además de que está presente en todos los países sin excepción e independientemente de su nivel de desarrollo tecnológico.
Por su parte, pese a que la tasa de mortalidad del asma es relativamente baja si se compara con otras enfermedades crónicas, tan sólo en el año 2005 provocó el fallecimiento de 255 mil personas a nivel mundial, lo que muestra la peligrosidad que puede generar cuando no se brinda una atención correcta y oportuna.