La alimentación durante los primeros años de vida desempeña un papel clave para conseguir un estado de salud óptimo y poder prevenir enfermedades en la edad adulta. Este desarrollo físico acarrea grandes necesidades de nutrimentos que deberían ser aportados por la leche materna y desde luego, por las fórmulas infantiles.

Sin embargo, cuando los niños cumplen un año de edad, muchas madres suelen cambiar la fórmula infantil por la leche entera de vaca para continuar con la alimentación de sus hijos sin saber en realidad cuáles son los beneficios o perjuicios que esto puede conllevar.

Al respecto, la licenciada en Nutrición, Irma Muñiz, menciona que los médicos pediatras o bien, los médicos familiares, deben convertirse en el apoyo de las madres al momento de tomar esta decisión, basándose en la importancia de los nutrimentos que las fórmulas infantiles y la leche entera de vaca aportan a la salud de los menores.

Cuando el bebé cumple el año de vida, muchas mamás se preguntan si su hijo ya puede dejar de tomar una fórmula láctea de seguimiento para ofrecerle enseguida leche entera de vaca. Aquí el médico puede ofrecer dos alternativas: seguir con una fórmula de etapa 3 o darle al niño leche entera de vaca. Es preciso aclarar esto porque todas las fórmulas infantiles o en casi todas, con excepción de las fórmulas de soya o de arroz, provienen de la leche de vaca, pero que al momento de su fabricación cambia su composición diferenciándose de la leche entera de vaca.

Elegir entre una fórmula infantil o leche entera de vaca

En este sentido, la especialista señala que uno de los procesos de esterilización al que es sometida la leche entera de vaca es la pasteurización. No obstante, indica, éste proceso, cuya finalidad es evitar el crecimiento de bacterias y gérmenes, no es la mejor opción porque no siempre elimina todos los microorganismos.

Entonces lo que se hace actualmente para deshacerse de todas las bacterias y los gérmenes es la ultrapasteurización en donde la leche se somete varias veces a alta temperatura para eliminar por completo los microorganismos. Esto también ocurre con una fórmula infantil, la cual es diseñada para lo que necesita un niño en las diferentes etapas y es sometida a un proceso térmico. Hay diferencias muy importantes en ambos productos. La leche de vaca es muy alta en proteínas y muy baja en otros nutrimentos y eso es lo que deben tener presente los médicos, pues al ofrecer leche de vaca al niño cuando éste cumple un año de edad no se le está ofreciendo la mejor opción en cuestión de nutrimentos.

Y agrega:

Por ejemplo, una leche de vaca por lo general proporciona tres gramos de proteínas por cada 100 mililitros y una fórmula infantil proporciona en promedio dos gramos de proteínas por cada 100 mililitros. Entonces, si revisamos un biberón y observamos cuánto es 100 mililitros, estamos hablando que son un poco más de tres onzas. En esos 100 mililitros una fórmula infantil me da dos gramos de proteínas, pero una leche de vaca me da tres. Uno pensaría que un gramo de proteínas no es tanto, pero si al final del día estoy ocupando alrededor de 700 mililitros de leche, pues entonces esta diferencia equivale a siete gramos más de proteína. Un niño entre uno y tres años de edad requiere al día aproximadamente 15 gramos de proteínas, eso es lo que únicamente necesita. Y si yo le doy siete más de lo que requiere, finalmente, nos estamos excediendo mucho más de sus necesidades reales.

Deficiencia de nutrimentos en México

La especialista enfatiza que lo anterior puede originar consecuencias en la salud de los niños como una carga hiperosmolar, relacionada con la función del riñón.

Aunque el riñón de un niño al año de edad ya puede estar maduro, por lo general se le ofrece    una carga excesiva de proteínas y que no tendríamos porqué dársela. Otra cosa muy importante es el contenido de algunas vitaminas y minerales como el hierro que no se ofrecen en cantidades necesarias en la leche entera de vaca, la cual no contiene hierro o que en algunas sólo posee 0.05 miligramos. En una fórmula infantil es posible ofrecer un miligramo de hierro con lo cual se cubriría una parte importante de las recomendaciones de hierro para los niños de un año edad.

La experta enfatizó que existen claras diferencias en dar una fórmula o una leche de vaca. Indicó que en México existe una gran prevalencia de anemia en el sentido de que en nuestro país la deficiencia de hierro se considera un problema de salud pública. Detalló que la anemia por deficiencia de hierro en preescolares, de 1 a 4 años de edad, está presente en el 24 por ciento de los niños.

En el segundo año de vida, este porcentaje sube hasta casi 40 por ciento y actualmente según la última Ensanut 2012, hay una prevalencia de anemia de entre un 23 a un 38 por ciento. Es decir, casi el 40 por ciento de los niños entre 1 y 4 años tienen deficiencia de hierro y por lo tanto padecerán anemia. Esto es muy serio porque si yo le doy a un niño leche de vaca que no le ofrece nada de hierro estamos empeorando este grave problema de salud. Pero si existe la posibilidad de ofrecer al menor una fórmula infantil en etapa 3 que le va a dar hierro y otros nutrimentos, el médico tendría que pensar cual es la mejor recomendación para la mamá y para su hijo.

Otro nutrimento que no se encuentra en grandes cantidades en la leche entera de vaca es la vitamina C. De acuerdo con la especialista, la leche de vaca ofrece 1.4 miligramos contra 7.8 de una fórmula infantil en 100 mililitros.

La vitamina C tiene funciones muy importantes para el organismo: es efectiva para generar la cicatrización, para el crecimiento y reparación de tejidos, así como en prevención de enfermedades. La leche entera de vaca no ofrece vitamina C y las fórmulas infantiles sí tienen agregada esta vitamina. De igual manera la leche de vaca no ofrece ácido fólico y zinc, pero las fórmulas infantiles sí proporcionan estos nutrimentos, indispensables cuando el niño se encuentra en etapa de crecimiento.

Eligiendo la mejor opción

Indicó que algunas fórmulas infantiles como Symbiotic 3 ya contienen nucleótidos y están adicionadas con pre y probióticos que ayudan a la prevención de infecciones porque estimulan una microbiota saludable.

El médico debe apreciar estas diferencias y pensar si de verdad le puede decir a una mamá que cambie la fórmula a una leche de vaca. Hay un alto porcentaje de niños que al año de edad los pasan directo a leche de vaca cuando en México existen grandes problemas de salud pública relacionadas a deficiencias de nutrimentos como hierro, zinc y vitamina C. La leche de vaca está adicionada con vitamina A y D por norma, pero las fórmulas infantiles tienen un mayor contenido de estas vitaminas. Estos componentes en una fórmula infantil pueden hacer la diferencia para ayudar al crecimiento saludable del niño.