En años recientes se ha observado el resurgimiento de enfermedades virales que se creía erradicadas; sin embargo, la situación que más ha llamado la atención en torno a este fenómeno, es que ha sucedido en países desarrollados y con una elevada infraestructura médica. En este sentido, tan sólo en Europa el sarampión provocó 35 muertes y 21 mil 315 contagios durante el año pasado.
Una situación similar se ha dado en Estados Unidos, principalmente como resultado de los movimientos antivacunas que se gestaron durante la década de los noventa. De esta forma, con base en los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), se estima que actualmente existen al menos 325 mil padres de familia que se niegan a vacunar a sus hijos en la Unión Americana, lo que ha causado varias consecuencias negativas.
Al problema anterior se le suma otro, pues en los Estados Unidos no existe una ley federal de vacunación, e incluso en 17 estados está permitido que los padres no vacunen a sus hijos por razones filosóficas o morales.
También se debe mencionar el caso de California, donde recientemente se eliminó la exención personal por motivos religiosos para la vacunación infantil a raíz de que durante el 2014 se registró una epidemia de rubéola con 131 personas afectadas en la entidad, cuando se trataba de una enfermedad que había sido erradicada hace varias décadas.
A todo lo anterior se debe sumar internet, pues de acuerdo con diversos especialistas, la saturación de información en medios digitales ha provocado la propagación de información errónea y sin fundamento, lo que a su vez ha generado que las personas desconfíen de las vacunas y los sistemas de salud.