Está claro que cuando un paciente acude contigo a una cita médica es porque presenta un problema de salud que espera sea resuelto lo más pronto posible; sin embargo, en realidad lo que espera de ti es mucho más que atención médica y lo debes de tener claro, pues bien podría significar la diferencia en la calidad de tu servicio y el de otros colegas.
En primera instancia está el respeto, lo cual se puede apreciar desde el momento de la presentación y el saludo. Piensa que si es la primera vez que un paciente acude a ti, lo primero que debes hacer es decir tu nombre y especialidad, para posteriormente preguntar sobre la causa de la consulta y empezar con las preguntas pertinentes para hacer un diagnóstico.
Respecto al cuestionario a tu paciente, debes de ser directo pero siempre procura utilizar un lenguaje entendible y sin tecnicismos, pues puedes llegar a confundir o asustar al paciente. Procura siempre hablarle al paciente de usted para que exista una relación de respeto y sólo si él te lo indica puedes cambiar en tu forma de referirte para tener una relación más cordial.
Pero lo más importante y que siempre debes de tener en cuenta es que los pacientes no son robots y lo que más quieren es que les prestes la atención necesaria a lo largo del tiempo que dure la consulta, por lo que debes de tomarte el tiempo necesario para evitar realizar diagnósticos exprés. Tal vez sea difícil por tu carga de trabajo pero a cada una de tus consultas intenta darle el tiempo que consideres necesario.
A su vez, también debes de poner en práctica la empatía médica y la humanización dentro de tus actividades diarias porque eso será lo que marcará la diferencia entre la calidad de tu servicio y el de otros médicos.