Mi padre fue un hombre sumamente carismático, a veces duro, pero indudablemente fue un excelente médico y aún mejor maestro para muchas generaciones.
Hace muchos años, en la víspera de comenzar mi internado rotatorio, él y yo tuvimos una conversación que quedó grabada en mi memoria y que me ha guiado a lo largo de toda mi carrera.
Básicamente resumió su experiencia y su enseñanza en los siguientes 5 puntos:
1. Sé humilde y leal
Siempre habrá alguien que sepa más que tú, ten la humildad y sabiduría de reconocerlo. Tu lealtad a tu profesión, a tus pacientes y a tus colegas debe de ser inquebrantable.
2. Aprende a cerrar la boca.
Si guardas silencio el tiempo suficiente, los pacientes te dirán qué les pasa. Abre la boca para hacer preguntas y obtener una estupenda historia clínica.
3. Nunca tengas miedo a decir “no sé” y pedir ayuda a un colega.
Siempre refiere a un paciente a tiempo. Primum non nocere.
4. Siempre mantente actualizada.
El estudiar y aprender es como respirar, vital a tu existencia.