Un equipo multidisciplinario de investigadores de la Universidad de Harvard (HU) y la London School of Economics and Political Science (LSEPS) realizaron un trabajo de investigación que demostró algunos de los beneficios relacionados con el uso de inteligencia artificial en los servicios de salud pública y privada.
Tal estudio podría revolucionar la percepción que se tiene sobre el uso de la tecnología en el sector salud, como parte del esfuerzo y flujo de capitales que se han destinado en los últimos años para mejorar el desempeño de los profesionales de la salud en México y todo el mundo.
Más dinero al sector no es suficiente
Con esto en mente y a la luz de los resultados que arrojó el estudio titulado: Health Care Spending in the United States and Other High-Income Countries el uso de la tecnología que da paso a la consolidación de la inteligencia artificial (I.A.) podría hacer más eficiente el desarrollo de los servicios de salud; específicamente, en la planificación, regulación y administración de servicios médicos a nivel administrativo.
En esa tesitura, tal y como lo detalló Saludiario en una publicación anterior, el hecho de otorgar una mayor partida presupuestaria al sector salud es insuficiente para tener un buen sistema de salud, ya que se requiere una correcta administración de los recursos y el capital humano para alcanzar ese objetivo. Y la I.A. podría ayudar a conseguirlo.
Derivado de lo anterior, los doctores Irene Papanicolas, Liana R. Woskie, et.al., detallan que el estudio se concentró en países de ingresos altos, como Estados Unidos y el Reino Unido, que destinan fuertes sumas de dinero a la administración de los recursos sanitarios, con pocos resultados positivos.
Estados Unidos gastó aproximadamente el doble que otros países de altos ingresos en atención médica, sin embargo, las tasas de utilización en la Unión Americana fueron en gran medida similares a las de otras naciones. Los precios de la mano de obra y los bienes, incluidos los productos farmacéuticos, y los costos administrativos parecen ser los principales impulsores de la diferencia en el costo general entre los Estados Unidos y otros países de altos ingresos. A medida que los pacientes, los médicos, los legisladores y los legisladores debaten activamente el futuro del sistema de salud de los EE. UU., Se necesitan datos como estos para informar las decisiones de política.
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