A 10 años de haber entrado en vigor la Ley de Voluntad Anticipada en la Ciudad de México, para que pacientes en etapa terminal, o sus familiares, pueden manifestar a través de un documento su negativa a que el enfermo sea sometido a tratamientos médicos que extiendan su vida y así terminar con su dolor, se dieron a conocer algunas cifras sobre la recepción que ha tenido esta norma.
De acuerdo con Marco Antonio Ruiz Aguirre, presidente del Colegio de Notarios de la capital, durante esta década se han reportado 9 mil 991 personas con alguna enfermedad terminal que han solicitado tener una muerte digna, lo que arroja que en promedio mil habitantes hacen uso de esta ley cada año.
Por otra parte, mientras que en su primer año de funcionamiento se firmaron 101 documentos para aplicar la ley de Voluntad Anticipada, conforme han transcurrido los años se han incrementado las solicitudes y durante el 2016 se registraron mil 875 peticiones.
En ese sentido, el 64 por ciento de este tipo de procesos han sido solicitados por mujeres y en el rubro de edades, entre los 60 y 69 años es cuando las personas realizan con mayor cantidad esta petición con el 57 por ciento del total de las voluntades anticipadas.
Cabe destacar que desde un inicio esta ley fue cuestionada por considerarse como una nueva forma de eutanasia, sin embargo, los médicos han afirmado que la Voluntad Anticipada no es tal, pues aquí no se busca provocar intencionadamente el deceso de una persona que padece una enfermedad incurable, sino que cada quien puede decidir cómo quiere que se maneje su proceso de muerte y si quiere o no ser sometido a tratamientos o procedimientos médicos.
A pesar de lo anterior, todavía no se ha definido el futuro de esta ley debido a la reciente aprobación del Senado con respecto a la objeción de conciencia y la forma en que ambas podrían contradecirse entre sí.