El reflujo gastroesofágico es un padecimiento bastante habitual en el paciente pediátrico; sin embargo, hay ciertas consideraciones que se deben tener.
- No todo reflujo es anormal. Por definición el reflujo fisiólogo es la entrada normal de contenido gástrico al esófago a través de un píloro débil. Un 50 por ciento de infantes normales regurgitan en los primeros meses de vida.
- El reflujo implica que cualquier cosa que entre al estómago al bebé, sea pecho ó formula, regresa al esófago. El cambiar de uno a otro no resolverá el problema.
- Puede ser cíclico. Hay muchos bebés, e incluso niños mayores, que pueden tener lo que puede aparentar periodos asintomáticos.
- Cualquier bebé que arquea su espalda o que hiperextienda el cuello después de comer o cuando duerme, tiene gran índice de sospecha a reflujo.
- Los infantes con reflujo suelen estár incomodos e irritables durante tomas de leche o lactando.
- Una mamá que se queje frecuentemente de que su bebé o niño “siempre tiene mocos” o “siempre suena congestionado” sin tener datos de alergia o infección de vías aéreas superiores, hay que pensar en reflujo silencioso como diagnóstico diferencial.
- La mitad de los niños que tienen neumonías recurrentes padecen de reflujo.
- Niños asmáticos que no mejoran con tratamiento o, que padecen de tos crónica sin ninguna otra etiología, tienen en un alto porcentaje reflujo.
- El “pico” sintomático es alrededor de los 4 meses de edad, y mejora cuando los bebés comienzan a caminar.
- Es más frecuente en bebés que permanecen mucho tiempo acostados sobre una superficie plana o infantes prematuros.