Brasil enfrenta una severa crisis de salud como consecuencia de un brote de fiebre amarilla, pero, a pesar de las diversas estrategias que se han implementado, el problema parecer no disminuir en cuanto a su gravedad, situación que ha llevado a diversos especialistas a afirmar que se trata de la peor epidemia del país desde la sufrida en 1942.
En ese sentido, de acuerdo con las autoridades brasileñas, desde el pasado 1 de julio a la actualidad se han registrado 237 fallecimientos, además de otros 723 casos confirmados de fiebre amarilla y lo peor es que se tiene previsto que si el brote llega a las zonas de favelas, la tasa de mortalidad aumentará debido a que no cuentan con medidas sanitarias ni de protección, por lo que se encuentran expuestas a la enfermedad vírica.
Es por lo anterior y con el objetivo de evitar una catástrofe, que funcionarios de salud del país sudamericano planean la autorización de una vacuna gratuita para 23 millones de personas que habitan en zonas consideradas como de alto riesgo para la propagación de la fiebre amarilla; sin embargo, debido a una falta de coordinación todavía no se ha podido llegar a un acuerdo para la aplicación de la misma.
Por otra parte, en México el Centro Nacional para la Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud (SSa) dio a conocer que ya se han tomado todas las medidas precautorias necesarias para evitar que el brote de fiebre amarilla llegue a nuestro país, donde el último antecedente data de 1923.
De igual forma, es pertinente recordar que el año pasado las naciones africanas Congo y Angola sufrieron un brote de fiebre amarilla, el cual provocó la muerte de más de 400 personas entre ambas naciones, pero el cual por fortuna logró contenerse.