Los grupos antivacunas, reconocidos por constituirse como un cúmulo de personas que recomiendan, con poca (e incluso nula) evidencia científica, la no vacunación para hacer frente a la contención de alguna enfermedad, se han consolidado en varios de los países que componen el viejo continente, durante los últimos dos años.
Enfermedades prevenibles con una vacuna se cuadruplicaron
Con esto en mente, enfermedades como el sarampión, una condición patológica que se puede evitar por medio de una vacuna, ha registrado una incidencia muy elevada en 15 países de la Unión Europea (UE), entre los que destacan: Reino Unido, Rumania, Italia y Ucrania.
Tras un mínimo histórico de 5 mil 273 casos registrados durante todo el 2016, la enfermedad asociada al sarampión ha llegado a cuadruplicarse en 2017 con más de 20 mil personas afectadas y 35 muertes. Es más, 15 países europeos, incluido Reino Unido, tuvieron grandes brotes; Rumania, Italia y Ucrania fueron los territorios con mayor incidencia.
Información y la evidencia científica, la única arma
Derivado de lo anterior, el presidente de la AMV, Raúl Romero Cabello, reconoció que el flujo adecuado de la información oportuna (fidedigna, veraz, médica y científica) es la clave para que el paciente sea empoderado y no permita que el influjo de los antivacunas provoque una enfermedad grave e, incluso, la muerte.
Desde el origen de la vacuna en 1976, los científicos han trabajado en la erradicación de hasta 25 enfermedades, entre las que destacan la difteria, tos ferina, tétanos hepatitis b, H influenzae tipo B, etc. La vacunación es la única manera efectiva de atender una enfermedad; y no sólo eso, una vacuna es mucho más barata que un tratamiento curativo. Eso es lo que le tenemos que hacer ver al paciente.
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