Los médicos muchas veces van más allá de lo que la vocación les exige. Las pocas horas de sueño, las agresiones que padecen por parte de algunos pacientes o los problemas burocráticos a nivel hospitalario o gubernamental no son impedimento para que muchos galenos sigan amando su profesión.
Incluso, ni las más extremas condiciones climatológicas pueden ser una barrera para acudir al llamado de un paciente.
Este es el caso de una cirujana escocesa que a pesar de las bajas temperaturas y una fuerte nevada, caminó casi tres horas para operar a un paciente que no podía esperar más para ser intervenido. Así lo ha revelado un compañero suyo de profesión, Andy Renwick, en una entrevista radiofónica a la BBC Radio Scotland.
“La doctora caminó desde Anniesland a Paisley. Le llevó dos horas y 50 minutos. Cuando llegó al hospital tenía puestos lentes para protegerse de la nieve, ropa muy gruesa, botas especiales y un bastón para caminar”, contó Renwick, quien explicó que la doctora tenía que operar a un hombre que padecía cáncer de intestino.
Sabía que su ética médica así se lo exigía y por eso realizó un esfuerzo extra por llegar y asegurarse de que realmente se llevaría a cabo.
Medios de comunicación de Escocia han dado a conocer que las fuertes nevadas de las últimas semanas han provocado que los sistemas de transporte de todo el país se vean afectados y que, en muchas zonas, queden bloqueados.
Según informó Renwick, el de esta cirujana no es el único caso de acto desinteresado que ha presenciado en el hospital durante el temporal.
Muchos médicos han tenido que quedarse a pasar la noche en el hospital para atender a todos los pacientes mientras otros doctores intentan llegar como pueden al edificio.