¿Qué tan a menudo los médicos hablan con franqueza con sus pacientes, sobre todo con aquellos que padecen una enfermedad terminal?
De acuerdo con la Dra. Lynn Black, del Hospital General de Massachusetts, la mayoría de los médicos se encuentran tan enfocados en tratar cada dolencia, que “no abordan el panorama general de sus pacientes”.
La especialista señaló que para abordar este problema, ella y un grupo de médicos del citado hospital, se encuentran en un entrenamiento cuyo objetivo es aprender a hablar con los pacientes con enfermedades terminales sobre sus objetivos, valores y pronósticos, mientras hay tiempo de sobra.
Para ello, la doctora Black señaló que se han basado en la recomendaciones de la Serious Illness Conversation Guide (Guía de conversación sobre enfermedades graves), creada por los doctores Atul Gawande y Susan Block. Cabe destacar que esta guía, lanzada desde 2012, ha servido para capacitar a más de 6 mil 500 médicos de diferentes países.
Importancia del diálogo médico-paciente hacia el final de la vida
En este sentido, otra doctora del Hospital General de Massachusetts, Juliet Jacobsen, médica de cuidados paliativos y directora del Proyecto Continuum, un programa a gran escala que capacita rápidamente a los médicos para que tengan estas conversaciones, señala la importancia de documentar y compartir con otros colegas lo que aprenden sobre este tipo de experiencias.
En el caso de los pacientes con cáncer avanzado, estas conversaciones al final de la vida con los médicos ocurren, como promedio, 33 días antes de la muerte de un paciente, según muestra un estudio publicado en National Center for Biotechnology Information. Asimismo, cuando los pacientes tienen diagnósticos terminales, menos de un tercio de las familias recuerda haber tenido estas pláticas, dice otro estudio publicado en The Jama Network.
Existe evidencia de que los pacientes tienen una mejor calidad de vida, menos hospitalizaciones y una mayor satisfacción cuando hablan con sus médicos u otros clínicos sobre sus valores y objetivos. Los médicos permiten que los pacientes hablen un promedio de 18 segundos antes de interrumpirlos. Los profesionales de la salud deberían escuchar más y responder a las emociones de los pacientes, no sólo a sus palabras”, declaró a El Nuevo Herald.