En el pasado era raro encontrar a alguien con obesidad, eran contadas las personas que sufrían esta enfermedad. Sin embargo, de unos años para acá, este problema se ha expandido con rapidez alrededor del mundo causando serios estragos en la salud.
Recientemente un estudio realizado en la Universidad de John Hopkins apunta a que el riesgo de daño al corazón que supone la obesidad y el sobrepeso es mayor si la persona se mantiene con los kilos extra por un largo periodo de tiempo.
De acuerdo con los investigadores, dichas personas tienen mayor tendencia a dar positivo en las pruebas de detección del marcador químico del daño cardíaco “silencioso” o asintomático.
Usando una prueba que mide las concentraciones de la proteína troponina, estamos descubriendo que el peso de una persona a partir de los 25 años está vinculado al riesgo de sufrir mayor o menor daño cardíaco más tarde en la vida”, señaló Chiadi Ndumele, profesor adjunto de medicina de la Cátedra Robert E. Meyerhoff en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Para el análisis se estudiaron los datos clínicos de 9 mil 62 personas inscritas en un estudio sobre el Riesgo Ateroesclerótico en las Comunidades (ARIC) las cuales asistieron a cuatro visitas médicas entre 1987 y 1998 para evaluar su Índice de Masa Corporal (IMC), antecedentes de cardiopatía y concentraciones de troponina altamente sensible en la sangre.
En dichas revisiones los pacientes informaron sobre su peso en distintas edades, lo que permitió a los investigadores rastrear si eran obesos desde su juventud. Posteriormente, los investigadores analizaron el IMC al principio y al final del período de estudio, junto con las concentraciones de troponina en la sangre de los participantes.
Las personas obesas tanto en la primera como en la cuarta visita tenían el doble de probabilidad de tener concentraciones de troponina superiores a 14 nanogramos por litro, comparadas con las personas que mantuvieron un peso normal constante.
Con base a esas cifras, tabularon, en una escala de cero a 50 años, el número de años que cada persona vivió obesa, es decir con un IMC superior a 30 kilogramos por metro cuadrado.
Los resultados arrojaron que por cada 10 años que una persona vivió obesa, su riesgo de tener elevada la troponina aumentó 1,25 veces, incluso tomando en cuenta el riesgo de cardiopatía debido a hipertensión, diabetes y enfermedad renal.
Lo que indicaron nuestros hallazgos es que incluso en ausencia de factores de riesgo cardiovascular, tales como la hipertensión, la diabetes o la enfermedad renal, el número de años que una persona vive con exceso de peso u obesa contribuye a aumentar la probabilidad de sufrir daño al corazón.
Aunque investigaciones ya lo habían sugerido, este trabajo pone en evidencia la importancia de controlar el peso a largo plazo para reducir el riesgo de cardiopatías.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en la actualidad, México tiene la segunda tasa más alta de obesidad en el mundo, sólo superada por Estados Unidos. Siete de cada diez mexicanos tienen sobrepeso y tres de cada diez son clínicamente obesos.
Desafortunadamente junto con la epidemia de obesidad, han proliferado otras enfermedades devastadoras para la salud, un ejemplo claro es la diabetes tipo 2, la cual se ha convertido en la principal causa de muerte en el país.