Un equipo de médicos de Exeter, una localidad ubicada al suroeste del Reino Unido, equivocaron el diagnóstico de una paciente de 16 años de nombre Cerys Head, quien en un periodo de 12 meses pasó de ser talla 22 a 10. Una pérdida de peso inexplicable que los profesionales de la salud diagnosticaron erróneamente como efecto de un trastorno alimentario severo.
¿Trastorno alimenticio o cáncer de tiroides?
Con esto en mente, según indica la información vertida por el diario inglés Metro, la paciente había hecho caso a las indicaciones de los profesionales de la salud que le recomendaron una dieta especial, descanso e ingesta de agua, ya que asociaron su inexplicable perdida de peso al frío que siempre cubre a la ciudad inglesa.
Yo diría que me sentí bien, pero estaba sufriendo mucho cansancio, lo cual puse a un día ocupado en la escuela y el estrés en el examen, y tenía frío todo el tiempo. Tuve dificultad para dormir y me despertaba varias veces durante la noche. Esto continuó hasta el momento en que acudí a mi médico, quien me hizo muchas preguntas sobre mi estilo de vida y dieta y pareció pasar por alto mis otros síntomas, que es donde se cometió el error. El médico me sugirió que trate de comer más y usar más capas y asegurarme de que duerma y duerma lo suficiente, me sugirieron que siempre tenía frío porque había perdido mucho peso muy rápidamente.
El tratamiento no mostraba ninguna mejoría hasta que la paciente notó una anomalía en su cuello, un bulto “del tamaño de una pelota de golf” que creció en esta parte de su cuerpo y que finalmente le dio un diagnóstico: carcinoma papilar de tiroides metastásico, un raro cáncer de tiroides. (Antena 3, 2018).
20% de los jóvenes padecerá trastornos alimenticios
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), establecen que al menos el 20 por ciento de los jóvenes padecerá alguna de las diferentes patologías asociadas a las enfermedades mentales, entre las que destaca la presencia de cuadros depresivos, trastornos en el estado de ánimo, abuso de sustancias nocivas, comportamientos suicidas y trastornos alimentarios. Una serie de condiciones que obligan a la profesionalización de los médicos para tener la sensibilidad necesaria para establecer un diagnóstico oportuno.
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