Investigadores del Frederiksberg Hospital y el Centro de Investigación Clínica y Prevención en Bispebjerg, Dinamarca, encontraron que los niños que son apenas unos centímetros más bajos que sus compañeros, tienen una probabilidad más elevada de padecer un accidente cerebrovascular o ictus durante la edad adulta.
Los resultados publicados en la revista Stroke, mencionan que las mujeres que durante su niñez tuvieron una estatura más baja a los 7 años de edad, tienen un 11 por ciento más de probabilidades de padecer un ictus de tipo isquémico. En los hombres, la investigación detectó que los que eran más bajos a la edad ya mencionada, tuvieron un 10 por ciento más de posibilidades de sufrir un ictus isquémico, así como un 11 por ciento más de padecer un ictus hemorrágico.
Jennifer Lyn Baker, autora principal del estudio, dijo que la investigación ha demostrado que una estatura baja en la infancia puede ocasionar un mayor riesgo de padecer un ictus años más tarde.
Por otra parte, el estudio también halló que la altura ganada entre los 7 y 13 años no influyó en el futuro riesgo de accidentes cerebrovasculares.
Los investigadores estudiaron un total de 311 mil 9 escolares nacidos entre los años 1930 y 1989, centrándose en la altura que presentaban a los 7 y 13 años. Los investigadores siguieron a la mitad de los participantes durante al menos 31 años, aunque en algunos casos lo hicieron durante 83 años.
Durante todo el periodo de estudio un total de 10 mil 412 personas sufrieron un accidente cerebrovascular isquémico y 2 mil 546 un accidente cerebrovascular hemorrágico. Y de todos ellos, quienes eran entre 5 y 7 centímetros más bajos que la estatura media de sus compañeros eran los que tenían más riesgo de ictus de adultos.
El estudio puede ayudarnos a comprender mejor por qué algunos adultos sufren esta enfermedad.