Un estudio publicado hace unos meses por The Lancet dio a conocer que en general los médicos no gozan de una salud envidiable y sufren más estrés, depresión, cansancio, trastornos alimenticios y problemas sentimentales que el resto de la población a causa de la excesiva carga de trabajo, el poco tiempo para actividades de ocio y la competencia profesional que existe en la actualidad.
Wiston Churchill solía decir que “Una población sana es el mayor activo que cualquier país puede tener“, pero ¿qué pasa cuando quienes están a cargo de esto no se encuentran bien?.
En dicha investigación se reveló que 17 por ciento de los médicos residentes puntúa su salud mental como pobre, un porcentaje que dobla al de la población en general y por si no fuera poco, alrededor del 12 por ciento desarrollará algún trastorno por abuso de sustancias en algún momento de la carrera.
Para evitarte pasar por alguna de estas situaciones aquí te daremos algunos simples consejos que puedes implementar en tu día a día:
Olvídate del celular un rato
- Aunque los dispositivos móviles son una necesidad básica dentro de la rutina diaria del médico y pueden facilitar algunas cosas como la comunicación con pacientes, registro de citas o investigar sobre algún tema, este a veces puede absorberte más tiempo del necesario. Un consejo que útil es tratar de evitarlo cuando salgas del consultorio, aprovecha tus tiempos libres para realizar otras actividades como hacer ejercicio, leer o disfrutar del ambiente familiar. No siempre tienes que estar contestando los emails o mensajes de Whatsapp que te llegan al instante.
Duerme bien
- No dormir las horas necesarias hará que te sientas cansado, fatigado e incluso de mal humor. Esto puede repercutir en tu trato con tus pacientes y afectarte en el consultorio. Si tienes problemas para dormir lo primero que debes hacer es establecer una rutina para acostarte y levantarte a la misma hora, evitar la cafeína y el alcohol y hacer ejercicio regularmente. De igual manera es muy importante tu zona de descanso, ya que el lugar donde te relajes durante la noche debe ser un templo de tranquilidad y silencio.
Sé optimista
- Diversas investigaciones sugieren que las personas más alegres y optimistas son más saludables que las negativas, incluso tienen menos enfermedades respiratorias y pueden enfrentar mejor las enfermedades cardiovasculares, razón por la que viven más tiempo sanos. Si eres de los que ve el vaso medio vacío intenta verlo desde otro punto, cambia la perspectiva y dirige tus pensamientos hacia lo que deseas obtener. Rodéate de personas alegres y busca eliminar de tu entorno gente sombría que te contagie de sus problemas.
No te ‘quemes’ en el consultorio
- Seguramente te ha pasado que sales del consultorio mentalmente agotado y sin ganas de hacer nada en tu tiempo libre, repercutiendo directamente en tu familia y amigos cercanos. Aunque sabemos que atender a tus pacientes es una tarea primordial, recuerda dejarte libre algunos minutos entre cita y cita para desestresarte y liberar tu mente.
Amor
- Aunque esta idea puede sonar cursi, el amor es lo que muchas veces da sentido a la vida. El amor a los demás y hacia ti. Lo curioso es que aunque seguramente la mayoría de personas coinciden en este pensamiento, lo olvidan con demasiada frecuencia, anteponiendo casi siempre asuntos completamente intrascendentes a aquello que de verdad tiene sentido. Recuerda expresar constantemente tus emociones y evita guardarte las cosas, ya que esto muchas veces puede llegar a afectar mental y físicamente.