¿Has sido acosada por un paciente o colega médico en el consultorio? Las prácticas discriminatorias en contra de las mujeres son una constante en un México plagado de un componente machista que impregna los diferentes niveles de su sociedad, ya que, tan sólo en el trasporte público 90 por ciento de las mujeres han sufrido de las incomodas miradas lascivas de los hombres, de acuerdo con el Diagnóstico sobre Violencia hacia Mujeres y Niñas (Inmujeres, 2017).
Una cifra que se suma a un 80 por ciento que dijo haber recibido silbidos; un 70 por ciento que sufrió de alguna agresión verbal; y el 65 por ciento que dijo haber sido tocadas sin su consentimiento por los hombres. Datos que revelan la falta de respeto que viven a diario cerca de 5 millones de mujeres en la Ciudad de México¹.
¿Cómo lidiar con esto en el consultorio?
En esa tesitura, el consultorio no está exento de este tipo de prácticas que están muy arraigadas en el comportamiento de millones de mexicanos. Por esa razón, el equipo editorial de Saludiario ha preparado una serie de recomendaciones con la intención de revertir este tipo de violencia, tomando como base un testimonio médico ocurrido el año pasado en Florida, Estados Unidos (Medical Economics, 2018).
Recientemente, una de mis colegas médicas, una doctora reconocida por su excelente trabajo, dedicación y trayectoria profesional, fue víctima de una experiencia bastante desconcertante. Ella llamó al paciente al consultorio para revisar los resultados de unos estudios que se había realizado previamente.
De repente, el paciente interrumpió y le dijo lo siguiente: Sabes, si no estuviera casado, tú y yo estaríamos juntos.
Mi amiga, la doctora Bernard, médica de familia en el Gulf Coast Direct Primary Care en Fort Myers, de Florida (EE.UU), estaba aturdida. ‘me sentí indefensa, vulnerable. No supe cómo responder. Simplemente ignoré el comentario y le pregunté si tenía alguna pregunta sobre los resultados de su laboratorio’, me explicó.
De acuerdo con el testimonio narrado por el editor de la publicación médica, el ignorar el comentario no surtió ningún efecto, ya que el paciente, envalentonado, le contestó “no te emociones tanto”. Un hecho de continua violencia contra la doctora que además de romper la delicada línea en la relación médico-paciente, hizo más incomodo el resto de la conversación.
¿Qué hacer?
Lamentablemente muchos de estos casos, que ocurren ocurren en su mayoría en el espacio público, no son denunciados. Por lo que este tipo de “hombres” continúan llevando a cabo este tipo de prácticas deleznables sin que nadie les diga nada. Por ello, a la denuncia es fundamental. Esto permitirá establecer las bases y los antecedentes de nuevas políticas para evitar este tipo de violaciones sitemáticas a los derechos humanos de las mujeres.
Auxíliate. Si te sientes vulnerada no te calles; no hagas lo que hizo la Dra. Bernard. Sé fuerte y alza la voz, apóyate en un colega médico, agente policial u otra autoridad para que el agresor (sí, ahí ya no es más tu paciente) sea exhibido y procesado.
Actualmente en nuestro país, ya existe un marco regulatorio para llevar a proceso a este tipo de “hombres” que miran a la mujer con discriminación. La norma se llama Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, cuya última reforma publicada fue publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 22 de junio de 2017, y dice, entre otras cosas, lo siguiente:
Artículo 5. Fracción IV.
Violencia contra las Mujeres es cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público;
¹ Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Número de habitantes en la Ciudad de México. [En Línea]. México, 2015. [Fecha de consulta: 09 de febrero de 2018]. Disponible en: https://goo.gl/XkKYo
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