Como bien sabes, los antibióticos son efectivos contra enfermedades bacterianas, ya que actúan matando los microorganismos o impidiendo que estos se reproduzcan. Con un uso correcto estos pueden llegar a salvar vidas.
Recientemente un estudio realizado en la Universidad de Arizona dio a conocer que las hormigas pueden ser una fuente futura de nuevos antibióticos.
Al igual que todos los animales, las hormigas deben enfrentarse a diferentes enfermedades. Para tratar con los virus ciertas especies producen sus propios antibióticos.
En esto se basó la investigación realizada por Clint Penick y sus colaboradores, en la cual se identificó que dichas especies que podrían tener aplicaciones relacionadas con la salud humana.
Una especie que analizamos, es la hormiga ladrona (Solenopsis molesta), la cual demostró tener el efecto antibiótico más potente de todas las especies que probamos, y hasta ahora, nadie había demostrado que lo utilizaran.
Para el análisis los expertos probaron las propiedades antimicrobianas asociadas con 20 especies de hormigas, utilizando un solvente para obtener todas las sustancias en la superficie del cuerpo de cada una. La solución resultante se introdujo luego en una suspensión bacteriana. El crecimiento de las bacterias en la suspensión se comparó luego con el crecimiento de bacterias en un grupo de control.
Si las bacterias cultivadas en la solución de una hormiga crecían menos que las del grupo de control, eso significaba que allí había un agente antibacteriano. La suspensión obtenida de las hormigas ladronas, no mostró crecimiento bacteriano en absoluto.
De igual manera los resultados demostraron que 12 de las 20 especies estudiadas, tenían algún tipo de agente antibacteriano en sus exoesqueletos.
Encontrar una especie que contenga un poderoso agente contra las bacterias es una buena noticia pero el hecho de que tantas especies de hormigas parecen tener poca o ninguna defensa química contra los patógenos, también es importante.
Según los científicos el estudio tiene limitaciones, puesto que sólo se utilizó un agente bacteriano en las pruebas, lo que significa que aún no está claro cómo se comportaría con otras bacterias.
Nuestro próximo paso es probar especies de hormigas contra otras bacterias y determinar qué sustancias producen los efectos antibióticos.
Aunado a este tema, hace algunos meses un grupo de investigadores demostró que la hormiga africana producía un moho cuya acción antibiótica resultaba eficaz en laboratorio con bacterias resistentes a dos tratamientos utilizados contra infecciones humanas: la meticilina y la vancomicina.