Con base en la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 160 niños padece del Trastorno del Espectro Autista (TEA), por lo que se considera como un padecimiento poco frecuente, además de que uno de sus mayores problemas es que se debe detectar antes de los 24 meses de edad del afectado para poder brindarle una terapia adecuada y evitar complicaciones que afecten su calidad de vida.
En ese sentido, un estudio realizado por el Departamento de Psiquiatría del Hospital General de Taipei, ubicado en China, mostró que los niños que sufren de TEA presentan un mayor riesgo para suicidarse durante su adolescencia y etapa adulta en comparación con quienes no padecen de autismo.
Al respecto, en un boletín realizado por especialistas del nosocomio chino se recomienda el mantener precauciones con pacientes que presentan autismo para evitar cualquier tipo de consecuencia mortal que atente contra su vida.
Los resultados de nuestro estudio respaldaron la hipótesis de que los adolescentes y adultos jóvenes con trastorno del espectro autista tienen una mayor probabilidad de intentar suicidarse más tarde durante sus vidas, en comparación con aquellos que no sufren de trastorno del espectro autista. En la práctica clínica, los síntomas asociados al suicidio y la psicopatología deberían vigilarse más de cerca entre los pacientes con trastorno del espectro autista.
Por otra parte, dentro del plano nacional la Secretaría de Salud (SSa) estima que la prevalencia del autismo es de 1 de cada 115 niños, lo que significa que actualmente alrededor de 400 mil infantes padecen esta condición.