En Liberia la mutilación genital femenina se práctica por tradición. De acuerdo con cifras de la asociación Save The Children, el 95 por ciento de las somalíes está mutilada.
Este tema está volviendo a dar de que hablar puesto que recientemente Ellen Jognson Sirlen, la ex presidenta del país, antes de ceder su cargo la semana pasada al nuevo presidente, el ex futbolista George Weah, prohibió durante un año esta cruel práctica.
Aunque los activistas celebran el logro, buscan que el nuevo mandatario firme una ley permanente.
Instamos al presidente Weah a mantener la presión para que se apruebe una ley permanente que prohíba la mutilación genital femenina completamente para mujeres y niñas”, manifestó Mackins Pajibo, del grupo de Liberia Women Solidarity Incorporated.
Por su parte Lakshmi Moore, directora en funciones de la agencia Action Aid, señaló que el próximo año intentaran que se logré este objetivo.
Sabemos que todavía es un tema tabú en algunas comunidades, pero estamos viendo señales de que las actitudes están cambiando. Esto no puede seguir así, es una completa violación de los derechos de la mujer. Es muy pronto para celebrar porque aún queda un largo camino que recorrer.
Esta prohibición temporal convierte en delito el practicarla en menores de 18 años, sin embargo se puede llevar a cabo en mayores de edad que den su consentimiento.
A pesar que se han realizado campañas y se han demostrado los daños físicos y mentales que provoca, los parlamentarios eliminaron hace unos meses la práctica de la ley de violencia de género afirmando que sólo se trataba de un asunto cultural.
Respecto a esta cruel tradición hace algunos meses en Saludiario te dimos a conocer el caso dos médicos y una asistente los cuales debieron comparecer ante la justicia por realizar dicha intervención quirúrgica a varias niñas de entre aproximadamente 7 y 10 años en Detroit, Michigan.
Los cargos de los que se les acusó son uno por conspiración para llevar a cabo la mutilación y dos por obstrucción a la justicia.
Sin embargo los acusados se declararon y inocentes y hasta la fecha se realizan investigaciones para comprobar si fueron efectuadas – o no- las operaciones dentro de la clínica para la que trabajaban.