Resulta imposible pensar que la obesidad se contagie de un organismo a otro por la acción de agentes patógenos u otros microorganismos infecciosos.
A pesar de lo anterior, algunos investigadores afirman lo contrario y consideran que la obesidad sí podría considerarse como un padecimiento contagioso. Pero en este caso, serían los lazos sociales los que participarían como los agentes infecciosos. Aunque es una teoría que resulta controvertida y que muchos expertos no aceptan, un nuevo estudio de la Universidad de California dio a conocer nuevas evidencias a su favor.
Los investigadores estadounidenses analizaron a 2 mil adolescentes y 3 mil padres que vivían en bases militares.
Elegimos estas comunidades ya que sus habitantes suelen tener un contacto muy estrecho y terminan compartiendo hábitos y costumbres similares. Posteriormente observamos que una cuarta parte de los jóvenes que vivían en estas bases así como tres cuartas partes de los adultos padecían sobrepeso u obesidad. Incluso comprobamos que los jóvenes que llevaban más de dos años viviendo en estas comunidades duplicaron su riesgo de aumento de peso.
Para los autores del estudio, tener muchos hábitos en común aumenta el riesgo de desarrollar sobrepeso, sobre todo cuando algunos individuos se relacionan con gente que ya lo tiene.
Este no es el primer estudio que afirma tales resultados. Una investigación de la Universidad de Harvard encontró que cuando una persona incrementa de peso de forma considerable, también aumenta la probabilidad de que su pareja, familiares cercanos y amigos padezcan sobrepeso.