La obesidad y el sobrepeso siguen presentes en el panorama actual de la salud pública. Hemos visto a lo largo de la última década distintos esfuerzos para disminuir ambas enfermedades. Actualmente, la educación en nutrición parece ser la solución, según lo afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Dicho organismo reconoce que la prevalencia de la obesidad se asocia fundamentalmente a una alimentación desequilibrada y a la escasa actividad física. Sin embargo, también influyen las condiciones o agravantes sociales, económicos, culturales, ambientales y sanitarios, como estilos de vida más sedentarios, jornadas laborales extensas o hasta procesos de urbanización sin un planteamiento para una movilidad más activa.
Al formar parte de la problemática social, la obesidad y el sobrepeso se pueden combatir con educación, en especial la que está enfocada en acciones que contribuyan a llevar un estilo de vida saludable.
Cada persona o colectivo tiene un patrón alimentario que le es propio, el cual es resultado de una compleja estructura de usos, costumbres y tradiciones que se trasmiten y se modifican a lo largo de la vida. Es aquí donde la educación asume un rol clave en la formación o mejoría de los hábitos alimentarios. Con ésta es posible abordar temas fundamentales para la disminución de estos padecimientos como entornos propicios, participación, colaboración multisectorial y multidisciplinar, entre otros.
La propia FAO señala que la industria de alimentos y bebidas debe ser un elemento central en el diseño de políticas. Haciendo hincapié en la necesidad de cooperación, misma que podría ser en forma de asociaciones público-privadas, para aprovechar la capacidad de investigación y desarrollo de la industria.
Es por esto que en la actualidad vemos a empresas que están impulsando iniciativas de cooperación como Coca-Cola, compañía que, con el propósito de promover el bienestar integral, ha sumado esfuerzos con autoridades y organizaciones de la sociedad civil para estimular acciones de consumo informado, educación alimentaria y activación física. Como resultado de esta colaboración, y como promotores de la cultura de movimiento, esta empresa participa en el programa Vive tu Parque, mediante el cual han instalado Centros Urbanos de Acondicionamiento Físico, mismos que ponen al alcance de las personas infraestructura y equipamiento para la activación física. Según datos del Informe de Sustentabilidad 2016 de la Industria Mexicana de Coca-Cola, han instalado un total de 80 parques en 28 estados de nuestro país y beneficiado a 440 mil mexicanos.
Mondelez International es otro ejemplo ya que además de colaborar con una fundación que imparte talleres sobre hábitos alimenticios, a partir de 2014 invirtió 50 millones de dólares a nivel mundial, incluido México, en asociaciones comunitarias para el estilo de vida saludables.
Por otra parte, Nestlé cuenta con el proyecto “Nutrir, niños saludables”, mediante el cual promueve el conocimiento en nutrición en niños de edad escolar a través de sesiones de orientación alimentaria de forma lúdica.
Estas tres empresas formaron parte de un grupo que el año pasado firmó la “Carta de compromisos de Empresas con la Salud de los Mexicanos”, para refrendar su apoyo a la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso y Obesidad de la administración federal.
La educación en nutrición representa la oportunidad para que todos sean parte de una estrategia integral, tanto el sector público cómo el privado, con el objetivo de promover e implementar hábitos alimentarios más saludables entre la población.