El camarón es importante para la pesca y el consumo nacional. Pero para un grupo de científicos, es más que eso, pues gracias a su cáscara se han podido desarrollar varios productos con fines médicos, como parches que regeneran la piel y antibióticos.
El ejemplo más reciente es el de Carlos Alberto González, un estudiante del doctorado en Ciencias del Instituto Tecnológico de Aguascalientes, que actualidad trabaja en un nuevo modelo de prótesis de rodilla diseñado a base de exoesqueletos de camarón.
El alumno partió de la tesis de maestría del profesor de la Universidad Politécnica de Aguascalientes (UPA), Luis Antonio Sánches Olmos, quien realizó un proyecto de titulación con relación a la síntesis de quitosano a partir de exoesqueletos de camarón.
Las cáscaras contienen quitina, un polisacárido estructural, que da esa dureza al crustáceo. Después se pasa un proceso para eliminar la carne del camarón y los minerales. De esta forma se aísla la quitina. Luego se realiza otro procedimiento químico a altas temperaturas, con la que se obtiene quitosano. Suena complicado pero no lo es tanto.
Tras estudiar más a fondo este proceso encontró que con las cáscaras de los crustáceos y la mezcla de los compuestos de quitosano e hidroxiapatita se obtenía un nuevo material, el cual comenzó a emplear en algunos prototipos para prótesis, especialmente de rodilla.
La idea me surgió luego de enterarme del dolor que sufren los pacientes cuando les colocan una prótesis a base de metal puesto que con los cambios de temperatura se genera un malestar que puede durar horas. El objetivo ahora es ver que tan viable es o qué resultados nos ofrece y compararlo contra lo comercial que existe ahorita.
Sin embargo, ésta no ha sido la única prótesis fabricada de un material poco común, pues hace poco se dio a conocer en redes la historia de David Aguilar, un joven de 18 años que desarrolló para el mismo un brazo postizo creado con legos.
Aunque en un principio el proyecto inició como un juego en la actualidad es una realidad, pues logró sustituir la parte de brazo que le faltaba. El diseño es simple: por fuera tiene un engranaje que se ajusta a su estructura, mientras que la mano está creada por decenas de piezas de Lego.
Lo impactante de este invento es que además de utilizarla para tomar objetos también le funciona para hacer ejercicio.