Según un informe del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en la actualidad son 27 estados de la Unión Americana en los que se prohibe fumar en lugares públicos como bares, restaurantes y sitios de trabajo.
Originalmente la medida se tomó para evitar que bebés y niños pudieran sufrir síndrome de muerte súbita del lactante, infecciones respiratorias y de oído, y ataques de asma.
Sin embargo, esto no solo ha beneficiado a menores, pues un reciente estudio realizado por la Universidad de Drexel dio a conocer que entre las personas con al menos una licenciatura, el tabaquismo se redujo en un 20 por ciento si vivían en áreas donde existían vetos al tabaco. Asimismo, las prohibiciones redujeron el riesgo a convertirse en un gran fumador y entre las personas con bajos ingresos se aumentó un 15 por ciento la probabilidad de dejarlo.
Un marcador importante del éxito del abandono del hábito son los intentos de abandono. En promedio, se necesitan entre 8 y 14 intentos para finalmente dejarlo”, señaló la coautora del estudio, Amy Auchincloss.
Gracias a esto la tasa de tabaquismo en dicho país ha llegado a su nivel más bajo en décadas, pasando de 24 por ciento en 1997 a 15 en diciembre del 2017, según cifras de la CDC.
Sin embargo, a pesar del descenso en el consumo de tabaco, esta adicción sigue siendo la primer causa evitable de muerte en Estados Unidos, provocando el fallecimiento de unas 480 mil personas por año, de acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud.
Por otra parte esta adicción en México causa que cada día mueran más de 100 personas, según datos de la Comisión Nacional Contra las Adicciones (Conadic). No obstante no solo afecta la salud, sino el bolsillo, pues de acuerdo a la Encuesta Nacional de Gasto en los Hogares, el costo aproximado de la atención médica anual que se registra en México para la atención de las afecciones originadas por fumar es de aproximadamente 80 mil 500 millones de pesos.