Ante la intempestiva carrera de las innovaciones médicas, la empresa Biotricity, originaria de Silicon Valley, en California, Estados Unidos, dio a conocer que consiguió la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) para el uso de su más reciente creación: un sistema de monitoreo cardiaco portátil denominado ECG Bioflux.
Según lo descrito por los desarrolladores, se trata de un sistema de tres canales cuya finalidad es detectar las arritmias cardiacas.
ECG Bioflux posee un sistema de telemetría cardiaca móvil que puede identificar cualquier posible anomalía cardiaca por medio de su conectividad celular 3G/4G incorporada. De esta forma el cardiólogo del paciente tendrá la capacidad de establecer y modificar los desencadenantes de manera remota, de acuerdo con las necesidades de cada paciente (bradicardia, taquicardia, fibrilación auricular) y a los requerimientos de diagnóstico del médico especialista. Esta opción ofrece la posibilidad a los pacientes de moverse a cualquier lugar mientras el médico los monitores en tiempo real.
Agregaron que los médicos cardiólogos pueden usar el sistema ellos mismos y profundizar tanto como deseen para analizar los datos de sus pacientes.
Cabe destacar que el nuevo sistema almacena hasta un mes de lecturas de ECG, una hazaña impresionante teniendo en cuenta que cada latido representa una buena cantidad de datos.
A propósito de este desarrollo, otra de las innovaciones médicas más notables de 2017 es el marcapasos nanométrico hecho con células cardiacas creado por la Universidad de Harvard. Se trata de un parche que es implantado en el corazón que trabaja como marcapasos y que envía señales eléctricas para controlar las arritmias.
También está la investigación de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona (UPF), en España, en donde se encuentran trabajando en lo que podría ser el primer corazón virtual con la capacidad de adaptarse a distintos pacientes y de ofrecer terapias personalizadas y seguras.