Si existió alguien que marcará el 2017 en todo el mundo fue Donald Trump, quien formalmente se convirtió en el Presidente de los Estados Unidos y a lo largo del año se caracterizó por sus decisiones polémicas y también por los constantes cambios dentro de su gabinete, siendo el más reciente el despido de todos los asesores de la Casa Blanca acerca del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Justo durante el cambio de año, el mandatario optó por retirar del cargo a todos los integrantes del Consejo del Gobierno sobre VIH, decisión que ha causado incertidumbre porque no se indicó el motivo de dicha acción y tampoco se especificó si esto significa que dicho órgano dejará de existir o si llegarán otros integrantes para tomar los puestos.
En ese mismo sentido, muchos opinan que el despido se originó debido a que en junio del 2017, 6 de los 16 miembros del Consejo abandonaron voluntariamente sus cargos y argumentaron que fue debido a que Trump nunca tomó en cuenta sus propuestas en torno a cómo combatir el VIH.
Al respecto, en su momento Scott A. Schoettes, uno de los integrantes que renunció a su puesto, ofreció una declaración en la que explicó la razón de su dimisión.
La Administración de Donald Trump no tiene estrategia alguna para combatir la epidemia de VIH que sufre el país, no admite la opinión de expertos y, lo más preocupante, está impulsando una legislación que va a dañar a quienes viven con el VIH y revertirá o paralizará las importantes victorias que hemos conseguido en años anteriores en la lucha contra esta enfermedad.
Actualmente 1.2 millones de estadounidenses padecen VIH de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés); por otra parte, a nivel global la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que existen 36.7 millones de personas con VIH.