De manera tradicional, durante las celebraciones de año nuevo alrededor del mundo se acostumbra que cada persona coma 12 uvas y con cada una de ellas piense en un propósito para el año que está a punto de iniciar y aunque puede parecer un rito bastante inocente, se puede convertir en una peligrosa actividad para tus pacientes más pequeños porque de acuerdo con la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), el comer uvas es la tercera causa de asfixia en menores de 5 años en el país europeo.
Al respecto, el Dr. Raimundo Gutiérrez Fonseca, vicesecretario general de la SEORL-CCC, afirmó que el comer uvas enteras con semillas puede resultar mortal porque los niños todavía no cuentan con los dientes desarrollados ni con la suficiente habilidad para masticarlas.
Esta fruta, por sus cualidades en cuanto a su forma y textura, puede provocar una obstrucción en las vías respiratorias y, si no se actúa de forma rápida, inclusive puede llegar a provocar la muerte del paciente. Es indispensable poner atención en los más pequeños porque las uvas pueden deslizarse en la boca del niño de forma involuntaria, sin ser masticadas, y actuar como tapón en las vías aéreas, impidiendo la respiración.
De esta forma, de acuerdo con el especialista, lo recomendado es no dar uvas a los niños durante las celebraciones de año nuevo o en su defecto darles las frutas partidas para que sea más fácil su digestión.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cada año se registran 360 mil fallecimientos provocados por asfixias, siendo la mayoría en menores de 5 años; por otra parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) afirma que cada año se producen 5.9 millones de muertes de infantes en todo el país, siendo la mayoría de los decesos provocados por factores prevenibles, como en este caso la asfixia por consumo de uvas.